Homicidio en Córdoba
07/03/2023 | 11:40
Redacción Cadena 3
Juan Federico
Ya se cumplieron tres meses desde que Anahí Bulnes fuera vista por última vez. En la madrugada del lunes 5 de diciembre último, la mujer de 36 años, que era maestra de primaria y también ejercía el trabajo sexual, salió de su casa de barrio San Vicente Sud, tomó un remise en un centro comercial cercano y viajó hacia el Centro de la ciudad de Córdoba.
Pagó mil pesos el viaje, tal como lo hacía siempre ("ella decía que pagaba con mil pesos y que la dejemos hasta donde alcance", declaró un remisero en la causa) y caminó 200 metros hasta la esquina de Olmos y Salta, donde solía "parar". Allí, fue abordada primero por dos automovilistas, que finalmente continuaron su marcha. Hasta que a las 1.23 llegó Santiago Campos Matos, a pie. El hombre de 37 años, cocinero de oficio, vive a 150 metros de allí, en el departamento 1 del edificio ubicado en Olmos al 500, casi bulevar Guzmán.
No está claro si era un cliente habitual o no: en 30 segundos se pusieron de acuerdo y comenzaron a caminar hacia el domicilio de él, según el registro de las cámaras de seguridad. Como Anahí accedió a ir al departamento de él, se presume que ya lo conocía de antes. Ante la situación de vulnerabilidad en el que se ejerce el trabajo sexual, que no está regulado en el país, las mujeres y varones que lo ejercen intentan, por prevención, de no ir a domicilios particulares de los clientes ocasionales.
Anahí entró en el departamento, pero nunca más se la vio salir.
Toda esta secuencia fue reconstruida a partir de un pormenorizado cotejo de las cámaras de seguridad privadas ubicadas en esa zona del Centro de la ciudad de Córdoba. Un trabajo minucioso ejecutado por la Policía Judicial y la división Protección de las Personas de la Policía de Córdoba, que hace ya un tiempo que está en poder de la fiscal Eugenia Pérez Moreno.
A las 2.30 de esa misma madrugada, Campos Matos le escribió a un compañero de la panificadora de la avenida Bulnes donde trabaja. Le dijo que no lo pasara a buscar a las 6, como habían convenido, porque acababa de lastimarse la mano en una pelea con ladrones. Y le adjuntó una foto de la mano hinchada, con una gruesa herida.
Esa imagen fue analizada por los investigadores con sumo detalle: "No se trató de un robo, sino que parece una herida producida por alguien que intentaba defenderse; como si le hubiera clavado las uñas mientras él la ahorcaba". No fue a trabajar en toda la semana.
En la causa consta que ese mismo lunes, entre la media mañana y el atardecer, Campos Matos salió al menos cinco veces del departamento. Siempre con ropas diferentes. Y, en todos los casos, sólo con una mochila que a simple viste asomaba como pesada. En cada una de estas salidas, el sospechoso caminaba hacia diferentes direcciones del Centro. Se cree que iba a buscar contenedores para arrojar lo que tenía adentro de la mochila.
La fiscal Pérez Moreno sostiene que Campos Matos asesinó a Anahí. A los restos los fue arrojando en diferentes contenedores para que los camiones de basura los llevaran hacia el predio de enterramiento de Piedras Blancas, camino a Bouwer, siempre según esta hipótesis.
Cuando esta teoría se robusteció aún más a mediados de enero último, momento en el que cotejo de ADN confirmó que las manchas de sangre halladas en el departamento del acusado correspondían a Anahí, la fiscal pudo haberse apartado, pero prefirió continuar con una investigación que tiene ribetes inéditos en la Justicia de Córdoba.
Sucede que Pérez Moreno tomó el caso porque su jurisdicción abarcaba la zona de San Vicente Sud, donde Anahí había sido vista por última vez. Pero al avanzar en la teoría de que fue asesinada en ese departamento del Centro, correspondía a otro fiscal de Distrito 1 hacerse cargo de la investigación. Como esta funcionaria judicial ya había avanzado bastante con la pesquisa, prefirió continuarla.
En la Policía de Córdoba aseguran que pocas veces se vio una investigación tan compleja.
El cotejo de las cámaras de seguridad que realizó la Policía Judicial ha sido más que clave: se observa cómo Matos Campos caminaba entre la noche del domingo 4 y la madrugada del lunes 5 de diciembre por esa zona del Centro.
Cómo el sospechoso iba advirtiendo dónde estaban ubicadas las cámaras.
Cómo llegó sólo directamente hasta la esquina donde estaba Anahí.
Cómo se contactó con ella y cómo en menos de un minuto se pusieron de acuerdo.
Y cómo ambos comenzaron a caminar juntos en dirección al departamento de él, sin que se observara, al menos a través de estas cámaras, de que la mujer lo haya acompañado en contra de su voluntad.
La fiscalía ya tiene todo un perfil sobre el principal y único acusado. En el mismo se sostiene que Campos Matos es aficionado a contenidos de internet de índole siniestro, sobre todo de un género denominado "Gore", que consiste en fotos y videos de asesinatos truculentos.
Se lo describe como un fanático de los contenidos satánicos y de torturas, e incluso se investiga si solía intentar golpear, sin que mediara motivo alguno, a personas trans que también ejercían el trabajo sexual. En resumen: se lo sindica como una persona con conductas "sádicas".
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Campos Matos es definido, además, como un sujeto con escasas habilidades sociales (más allá de que estuvo en pareja durante 17 años y tuvo dos hijas), ya que rotaba de manera constante de trabajo por dificultades de relación con sus compañeros y prácticamente no se le conocían amistades duraderas.
En cuanto a Anahí, se hace hincapié en el expediente de la situación de vulnerabilidad en la que se encontraba: tenía dos trabajos como docente, separada dos veces, ella estaba a cargo de sus tres hijas, una de las cuales tiene una complicación de salud delicada, lo que le generaba una ardua presión económica para sostener la vivienda familiar.
A todo esto, le agregaba el trabajo sexual, al que mantenía casi en la clandestinidad, ya que eran muy pocas las personas que sabían de esto, pese a que lo realizaba desde hacía más de una década. Salía de noche, sin celular y sin otra protección.
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La fiscalía ahora avanza en intentar rastrear los presuntos restos de Anahí en un sector de Piedras Blancas. Se trata de un pedido motorizado por la familia de la víctima y que fue presentado por la abogada Daniela Morales Leanza.
En los despachos de Tribunales 2 aún persisten diferentes dudas sobre la conveniencia de este operativo. Por un lado, se sabe que se trata de una búsqueda muy dificultosa, ya que el sector donde podrían estar los restos tiene toneladas de basura acumulada encima.
Pero además, supone abrir otra puerta: si no hallan nada, se teme que la defensa de Campos Matos pueda atacar la hipótesis de la fiscalía, aduciendo que esta teoría se podría caer ante lo infructuoso de la búsqueda.
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