Operativo en Córdoba
02/04/2024 | 10:34
Redacción Cadena 3
Juan Federico
Un verdadero vía crucis fue el que soportaron los policías que el viernes a la tarde fueron a detener a un joven de Villa Boedo, en la zona sudeste de la ciudad de Córdoba, y recién el sábado a la noche lograron dejarlo a disposición de la Justicia.
Se trata de un caso extremo de las largas demoras que los policías cordobeses vienen denunciando al momento de entregar los operativos con personas capturadas.
Según apuntaron fuentes policiales y judiciales contactadas por Cadena 3, todo comenzó el viernes pasado, cerca de las 16, cuando un llamado al 911 alertó que un joven notablemente exaltado estaba intentando agredir a un adolescente de 14 años en la vía pública de Villa Boedo.
Cuando la patrulla policial llegó hasta el lugar indicado, los agentes se toparon con el sospechoso, que a esa altura estaba siendo reducido por un grupo de vecinos. Ante el forcejo que había tenido y el estado de exaltación en el que estaba, se decidió que los efectivos lo trasladaran primero al dispensario de barrio Ciudad Evita.
Allí, el joven detenido recibió las primeras curaciones. Luego, fue conducido de nuevo al móvil y llevado hacia Tribunales 2, para entregar el operativo.
Desde hace tiempo, los policías vienen advirtiendo que en esa sede judicial, y sobre todo durante los fines de semana o feriados, se produce un "cuello de botella" notable para lograr entregar los procedimientos con detenidos.
Largas filas de móviles estacionados deben aguardar entre dos y siete horas (hay ocasiones que se han denunciado demoras de hasta 12 horas) hasta que finalmente son atendidos por la guardia judicial. Allí, se deja constancia de todo el procedimiento y luego de que el detenido es revisado por un médico de la Policía Judicial, finalmente queda a disposición de la Justicia.
En algunas de estas largas esperas se han producido bochornosas fugas de los detenidos, quienes deben aguardar junto a los policías arriba de los móviles.
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Dentro de la fuerza de seguridad se repite un lema que algunos aseguran que se trata de un mito, pero que muchos otros apuntan a que es cierto: atentos a esta demora en entregar los procedimientos, aquellos uniformados que están por terminar su turno laboral prefieren mirar para otro lado si se encuentran en algún operativo con posibles detenidos.
"No quieren detener a nadie cuando les falta una o dos horas para terminar la jornada, porque saben que en Tribunales se van a ''clavar'' varias horas más y nadie se las va a reconocer", se sinceró un alto comisario.
En cuanto a este caso, de acuerdo a los registros internos, cerca de las 20 del viernes los policías lograron su turno junto al detenido. Sin embargo, cuando la médica de la Policía Judicial lo revisó advirtió que era necesario que lo llevaran a un hospital público para que se hiciera una constatación de su salud antes de entregar el operativo.
El detenido volvió al patrullero y los policías salieron junto a él a buscar un hospital.
Por la epidemia del dengue y otras patologías, además de la concurrencia habitual, la mayoría de las guardias de los hospitales públicos aparecían saturadas, con larguísimas esperas de entre cuatro y ocho horas. Las fuentes aseguran que la espera se hizo eterna y que ya entrada la madrugada del sábado, al fin los policías lograron poder ingresar a un consultorio junto al detenido.
Fue entonces que el joven esposado hizo un brote. "Se puso violento, intentó golpear a los policías y después se quiso escapar, pero lograron reducirlo", acotó una fuente.
Cuando regresaron a Tribunales 2, se les indicó que ante el estado de excitación que presentaba el detenido, quien dijo ser esquizofrénico y que además había consumido diferentes drogas, en realidad debían llevarlo al Centro Psicoasistencial (CPA) que funciona detrás del Hospital Misericordia, junto al Establecimiento Penitenciario 9.
Se trata de un centro de asistencia psiquiátrico y psicológico destinado a los pacientes judicializados de Córdoba, que depende del Ministerio de Salud. O sea, aquellos detenidos que presentan alteraciones en la salud mental. Por lo general, las internaciones son breves, de no más de 15 días, y siempre son ordenadas por la Justicia.
Pero nada terminó allí. Cuando los policías llegaron junto al detenido, en el CPA -siempre de acuerdo a los datos aportados por las fuentes consultadas- se les indicó que necesitaban una nueva valoración médica antes de dejarlo internado.
Otra vez, los agentes con el detenido a cuestas comenzaron un peregrinar por las guardias de los hospitales públicos de la ciudad. Horas de espera, hasta que al final lograron, ya en la tarde del sábado, que un médico lo revisara. El galeno ordenó que se le realizara un análisis de sangre, por lo que fue necesario que esperaran que el laboratorio trajera los resultados. "Les dijeron que mínimo eran tres horas, pero como había muchos pacientes con dengue, se iban a demorar más tiempo, ya que el detenido no era una prioridad para el servicio de guardia del hospital", contaron colegas de los policías involucrados.
Cuando al fin tuvieron todos los resultados, y ya con el certificado médico firmado, los efectivos regresaron al CPA y lograron que el detenido quedara alojado allí. El reloj marcaba las 23 del sábado.
Minutos después, entre los grupos de WhatsApp de los policías que esa noche estaban de guardia comenzó a correr un mensaje: "Para retransmitir a los superiores de turno. En caso de tener aprehendidos que deban ser trasladados previa revisación médica, llevarlos a los siguientes hospitales: San Roque y Córdoba. En ellos tienen prioridad (consensuado con el Ministerio de Salud). No pasar por el Misericordia, está colapsado por pacientes con síntomas de dengue".
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