La atroz pista detrás de la desaparición de Anahí Bulnes

Tras un allanamiento que se ejecutó bajo un total hermetismo durante la tarde del lunes, un hombre de 37 años quedó detenido y acusado de presunto homicidio en el marco de la investigación judicial por la desaparición de Anahí Bulnes (36).

Se trata de un minucioso y complejo trabajo policial que desarrolla desde hace 22 días un equipo especial conformado por investigadores de Protección de las Personas y de Homicidios.

El pasado lunes 5 de este mes, la familia de Anahí denunció su desaparición. Esa madrugada, una de sus tres hijas se despertó en la casa de barrio San Vicente Sud, a metros de la avenida Sabattini, y no la encontró. La vivienda está dividida en dos: en una parte, viven Anahí y sus tres hijas, mientras que en la otra viven sus padres y un hermano.

La hija del medio se despertó a las 2 de la madrugada y se sobresaltó porque no la encontró.

Anahí trabaja en dos colegios primarios de la ciudad. Ese lunes no se presentó y nunca más lo hizo hasta hoy. El paso del tiempo hizo presumir a los investigadores que algo muy grave le debió haber sucedido.

La docencia no era su único trabajo. Esta pista guió la investigación desde un primer momento, ya que en la vivienda se hallaron celulares y una computadora en los que fue posible rastrear diversos chats que permitieron trazar un perfil más completo sobre ella.

Si bien su círculo íntimo fue investigado (tiene dos exparejas, padres de sus hijas y está de novia) no se hallaron mayores indicios para avanzar en esa dirección.

La pista amplia fue cobrando cada vez más fuerza. A través de otros testimonios, los pesquisas comprobaron que Anahí solía salir a trabajar en horario nocturno.

Así, tras un exhaustivo relevamiento de cámaras, se detectó que ese lunes a la madrugada, a la 1.23, se encontró con un muchacho en la esquina de Salta y Emilio Olmos, en el Centro de la ciudad de Córdoba.

Este rastreo permitió identificar en las últimas horas el domicilio de la otra persona. Se trata de un departamento ubicado en el primer piso de un edificio de Olmos casi Santiago del Estero. El lugar fue allanado y luego de que se encontraran lo que se presume que se trataría de manchas de sangre, la fiscal Eugenia Pérez Moreno ordenó la detención del sospechoso, al que imputó por presunto homicidio, pese a que no se halló a Anahí.

El acusado fue identificado como Santiago Alberto Campos Matos (37), oriundo de la ciudad de Buenos Aires, radicado hace ya un tiempo en Córdoba y que registra un viejo antecedente penal en Villa Dolores, causa que terminó archivada.

En un trabajo de ciberpatrullaje que llamó mucho la atención de la fiscal, a través de las redes sociales, ya se trazó un perfil preliminar del principal sospechoso: estudió gastronomía, incluso fue cocinero de un club en Córdoba y, sobre todo, se remarcó que consumía sitios de "páginas siniestras".

Por ahora, todo está en el terreno de las sospechas. Si bien se están analizando los restos de sangre encontrados, no hay nada concreto sobre Anahí, viva o muerta. Pero ya los investigadores están indagando sobre una pista atroz: se ordenó revisar la ruta de los contenedores de basura de la zona.

De manera paralela, la fiscal ordenó rastrillar la zona del río Suquía.