Drogas en Córdoba
31/07/2024 | 08:45
Redacción Cadena 3
Juan Federico
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La desigual lucha de una madre para intentar rescatar a sus hijos de las drogas
Tiene seis hijos a los que cría en soledad. Es madre, sostén de hogar, acompañante permanente y, sobre todo, una luchadora incansable. Que se está enfrentando, cuerpo a cuerpo, con un monstruo que no para de crecer: el narcotráfico.
Esta madre que vive en Río Cuarto, al sur de la provincia de Córdoba, siente cómo la impotencia la abraza cada vez más seguido. Pero no quiere resignarse. Sus tres hijos varones, de 15, 16 y 19 años, están sumergidos en el consumo de la droga. Aferrados al "pipazo", la cocaína de mala calidad que fuman varias veces al día. Droga barata que termina por ser muy cara en todo sentido.
Tocó las puertas que debía. Pidió auxilio donde le indicaron. Pero se chocó con una ineficacia estatal que no deja de llamar la atención.
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Desesperada, porque los varones de 15 y 16 años robaban y se perdían en el consumo, logró el año pasado que terminaran por ser derivados a diferentes residencias que la Secretaría de la Niñez, Adolescencia y Familia (Senaf) tiene en Córdoba. Lugares de "puertas abiertas" donde los chicos en contexto de vulnerabilidad reciben, según los papeles, una contención que no encuentran en sus hogares. Pensó en sus tres hijas más chicas, en la necesidad de que alguien la ayudara y con un nudo en el pecho los llevó a esas residencias.
El 13 de octubre pasado, llamó por teléfono al hogar donde vivía el del medio. Ese día, lo quería saludar por su cumpleaños 16. Pero la persona de la Senaf que atendió la llamada le dijo que el adolescente no estaba. Que se había marchado hacía tres días y nadie sabía adónde. "Quédese tranquila que ya hicimos la denuncia correspondiente", le dijo antes de cortar la comunicación. ¿Tranquila? Nadia sabía dónde estaba su hijo, en una ciudad bastante más grande que Río Cuarto.
Los días pasaron sin novedades, hasta que un enfermero conocido de ella, que viajaba con frecuencia a Córdoba, lo vio pidiendo limosnas cerca de la rotonda de la plaza de las Américas. Ella no dudó. Consiguió que alguien la llevara en auto y poco más de dos horas después ya estaba en la Capital cordobesa. Apenas llegó, vio a su hijo en esa rotonda. Sucio, con hambre, los dedos negros de tanta "pipa". Pero no era el que había cumplido 16 años, sino el más chico, que también había huido de la otra residencia sin que nadie le avisa, según cuenta ahora.
Al final, encontró a los dos jóvenes y se los llevó de nuevo a Río Cuarto. Se sintió más sola que nunca. Desamparada por el mismo Estado al que ella le denunció varias veces la venta de drogas cerca de su casa, sin ver que nunca nadie se acercara a allanar.
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Juntó lo poco que tenía y logró mudarse, meses después. Su idea era alejar a los chicos de ese barrio que tantas malas tentaciones les ofrecía a los jóvenes. Pero pronto su nuevo lugar terminó por convertirse en otra pesadilla similar.
Hace pocos días, el hijo de 15 años escribió una conmovedora carta pública, a través de Facebook. Le pedía perdón a su madre por haber vuelto a caer en el infierno de las drogas.
-Nos impresionó mucho la carta abierta que hizo tu hijo. Pedía disculpas, aunque en realidad él está enfermo, tiene un problema y no encuentran solución.
-Sí, él tiene 15 años y está luchando para salir de la adicción, pero bueno, no le es fácil y la ayuda que nos otorgan no es suficiente. Él está yendo a la Raac (Red Asistencial de Adicciones de Córdoba) una vez a la semana, una hora por día, ha estado internado en una clínica privada, pero ¿qué pasa? Ahí lo tienen dos o tres meses para desintoxicarle la sangre y luego le dan de alta. Nos habían dicho que lo ideal era internarlos en una clínica terapéutica, pero en la clínica terapéutica es por la voluntad de ellos. Obvio que ellos con su adicción no van a querer internarse. Bueno, en la Raac me dijeron que habían conseguido dos lugares para internarlo, pero que en esos lugares tenía que viajar yo con ellos y quedarme con ellos internado ahí y era solamente un mes, porque no hay un lugar para menores, tanto acá en Río Cuarto o en otro lugar de Córdoba, para esos lugares no hay un lugar para menores que sea sin la voluntad de ellos.
-Vos decís ellos porque además de tu hijo de 15 años, tenés otros dos hijos de 16 y de 19 que también están con problemas de consumo. Y si vos viajabas y te internabas con ellos, ¿cómo hacías con el resto de tu familia?
-Yo descuidaría a mis nenas porque tengo más hijas y las descuidaría ella. Obvio que no puedo viajar por más que quisiera.
-Sos el sostén del hogar.
-Sí, ellos no tienen papá y soy la única que está con ellos, más allá de que tengo mi familia y personas conocidas que me apoyan, pero no se puede viajar por más que uno quiera.
-Y también has contado que intentaste mudarte, irte a otro barrio para escapar de tanta oferta de droga que hay en los barrios en Río Cuarto, pero que siempre te chocás con la misma situación.
-Sí, hace ya seis meses que nos mudamos, pensando que le iba a poder una vida mejor a ellos, que los iba a alejar de las adicciones, pero en todos lados, donde uno vaya siempre, uno o dos lugares, siempre va a haber droga.
-Es muy fácil conseguir drogas en distintos barrios de las grandes ciudades de la provincia. Estamos hablando de cocaína, del pipazo, de pastillas, todo tipo de drogas.
-De todo.
-Y tus hijos te roban para poder comprar la droga.
-Varias veces ellos me sacaron cosas, pertenencias mías, pertenencias de las hermanas, las han ido a vender a las personas que venden droga. Varias veces he ido yo a reclamar las cosas mías y como que he tenido problemas, he corrido riesgo.
-Todo el mundo sabe quiénes son los que venden droga, cómo se consigue, pero nadie los toca.
-Sí, yo hice denuncias. Me dijeron que bueno, que me iban a tomar la denuncia, que iban a venir. Yo vivo pegado casi a los que venden y no he visto de que haya venido nunca ni la Policía, ni los que se encargan del tipo de drogas. Nadie.
-O sea, hoy entre los que venden drogas o vos, la que más corre riesgo sos vos. También constaste que si los chicos van a jugar a una canchita de fútbol que tienen cerca, al lado le están vendiendo la droga.
-Al lado le están vendiendo la droga, sí.
-O sea que ni a salir a jugar pueden ir.
-Y no es que son solamente los míos, yo veo muchos nenes de la edad de ellos que también van a comprar droga y le venden, sabiendo de que las personas que venden droga tienen hijos de la edad de ellos.
-Cada vez más chicos son los que van a comprar.
-Sí, están arruinando la niñez de los chicos, la adolescencia. Le están quitando sueños, porque más allá que ellos quieran y tengan voluntad, como uno de mis hijos que es el que tiene la voluntad, no pueden. No se pueden alejar de eso.
-¿Qué significa hoy para un adolescente en Córdoba, que tiene una situación similar a la de tu familia, caer en las drogas? ¿Se encuentra algún tipo de respuesta, algún tipo de salida?
-No, no. Yo como mamá estoy poniendo todo, todo lo que más puedo para sacar a mis hijos. Así como hay mamás que directamente ya se dan por vencidas y no siguen luchando. Pero es imposible para ellos, porque por más que ellos quieran escapar de eso, siempre van a estar tentados a consumir, porque no tienen el apoyo que realmente necesitan. Yo a mis hijos los ayudo, pero ya no encuentro herramientas para sacarlos.
-Y los recursos que te da el Estado, me decís que no alcanzan. O sea, que son salidas por sólo un mes.
-No, no alcanza. Acá en Río Cuarto hay muchos niños y adolescentes que consumen. Vos haces dos o tres cuadras y te encuentras con algún nene consumiendo. Acá en Río Cuarto lo único que tenemos es el centro que se llama Raac, que hay una reunión todos los martes, una hora, y una vez al mes una reunión para la familia. Es el único lugar. Después tenés iglesias, esos lugares que tampoco están preparados para los chicos con adicción.
-O sea, el Estado les ofrece una reunión de una hora por semana, mientras en los barrios le ofrecen droga todos los días, a toda hora.
-Yo hay días que ando a las 3, 4 de la mañana. Hay días que me voy a trabajar sin dormir por andar buscándolos a ellos. Ya no me interesa correr riesgo con mi vida para meterme a donde venden y sacar a mis hijos de ahí adentro.
-¿Y los vendedores qué te han dicho?
-Y he tenido varios problemas. También han amenazado que me van a quemar la casa y los denuncio. Muchas amenazas he tenido.
-Son tus hijos.
-Son mis hijos y yo voy a luchar hasta el último para sacarlos y ver que ellos tengan un futuro lindo, que vuelvan a ser niños.
-Y como mamá, ¿qué pensás? ¿Por qué ha crecido tanto el tema de la droga en las distintas ciudades de Córdoba?
-No recuerdo haber visto a nenes de la edad de mis hijos consumir años atrás. No recuerdo eso, pero hoy en día como que es algo normal en la sociedad.
-Hay mucha droga y pocos recursos después para salvar a los que caen en la droga.
-Sí, sí.
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