Homicidio en Córdoba
29/04/2022 | 10:10 | Entre los testimonios acumulados en la investigación por el crimen de su padre, abundan llamativas referencias sobre la joven.
Redacción Cadena 3
Juan Federico
Cuatro meses después, en la fiscalía de Violencia Familiar a cargo de Cristian Griffi continúan sumando palabras al espanto. La investigación por la ejecución del arquitecto Reynaldo Flehr (61), ocurrida el 28 de diciembre último en su chalet ubicado metros antes del aeropuerto de la ciudad de Córdoba tiene a cinco jóvenes presos, entre ellos a la propia hija de la víctima, Irina Flehr (20).
Ella se enfrenta al peor récord: convertirse en la mujer más joven en ser condenada a prisión perpetua en Córdoba.
Junto a su novio, Leonardo Moscarello (26), están acusados como partícipes necesarios de homicidio agravado.
En tanto, Samuel Moscarello (24, hermano de Leonardo), David Silvestre (23) y David Suárez (24) quedaron señalados como los supuestos autores materiales del crimen.
La reconstrucción que realizó en su momento la fiscal Claudia Palacios junto a un equipo de Homicidios indica que se trató de una muerte violenta y veloz.
El arquitecto fue atrapado cuando ingresaba en su casa aquella noche de fines de diciembre. Lo sentaron en una silla en su habitación y lo ataron de pies y manos con precintos.
Los asesinos pusieron el televisor a todo volumen y lo ejecutaron de dos balazos calibre 22, un arma poco frecuente para el sicariato. El primero, en la parte superior de la cabeza. El hombre y la silla cayeron. Allí, en el suelo, lo remataron: el segundo balazo se incrustó a la altura de la garganta.
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El trabajo con las cámaras de seguridad de varias cuadras a la redonda y el entrecruzamientos de los números de celular con las antenas resultó fundamental para detectar un Ford Ka en el momento en que llegaba esa noche a la casa de Flehr. Fue este vehículo el que llevó a los investigadores hacia los ahora detenidos.
La sospecha es atroz: Irina y Leonardo encargaron el asesinato del papá de ella para quedarse con todos sus bienes. Un crimen por codicia.
Y, acaso, también por odio, según se desprende ahora de los principales testigos que ya han declarado ante el fiscal Griffi, quien heredó la causa al establecerse como principal hipótesis que se trataba de un homicidio en un contexto de violencia familiar.
Apunten contra Irina
A sus 86 años, Ramona jamás pensó que iba a tener que ir a Tribunales 2 a declarar en contra de su nieta para intentar que se supiera la verdad en torno a la muerte de su hijo. Pero la mujer no dudó, según confiaron fuentes judiciales a Cadena 3.
Ante el fiscal, no titubeó al definir a su nieta como perversa, ya que aseguró que solía amenazar a Reynaldo. Recordó que en la nochebuena de 2019, el hombre llegó a su casa y encontró a Irina preparando la cena. Él le preguntó en qué ayudaba, a lo que ella le respondió que no había un lugar reservado para él en la mesa, ya que iba a esperar la Navidad junto a su novio y nadie más.
En ese sentido, aseguró que Reynaldo y Leonardo ya habían tenido fuertes discusiones antes. Que cuando el hombre llegaba a su casa ubicada en la avenida La Voz del Interior casi Japón, el joven se encerraba en la pieza de ella y se negaba a irse, pese a que el arquitecto le decía que no se podía quedar allí.
Incluso, una vez el arquitecto tuvo que llamar a la Policía para que Leonardo accediera a retirarse.
La escalada de tensiones fue en aumento hasta que un día Reynaldo regresó a su domicilio y no pudo abrir la puerta: le habían cambiado la cerradura.
El hombre no quería que todo terminara en un enfrentamiento mayor. Temía no sólo cortar la relación para siempre con Irina, sino, sobre todo, no ver nunca más a su pequeña nieta, nacida a comienzos de 2021.
Ramona contó que su hijo tuvo que armarse de un temple extraordinario. Es que después de tener que mudarse por la fuerza, debió insistir mucho para que lo dejaran ingresar a buscar sus pertenencias. Y que en una ocasión, le devolvieron una bolsa con parte de sus ropas orinadas y cortadas con tijeras.
Y abundó en mayores detalles: contó que pese a que Reynaldo insistía para que Irina fuera a colegios exclusivos, como La Salle, la joven era expulsada con frecuencia, por lo que tuvo que cambiarla varias veces de institución; que iba a una maestra particular de Matemáticas a la que le dijo que no podía hacer las tareas porque se había olvidado los anteojos (cuando en realidad no usaba) y a la que luego le habría robado 3.000 pesos, según le reprochó la docente al papá.
Esto no fue todo. Ramona agregó que años atrás Reynaldo siempre había sospechado que detrás de la muerte de sus perros se había producido un presunto envenenamiento por parte de Irina.
Toda esta mala relación se había tensionado aún más en los últimos tiempos, cuando la joven le comenzó a reclamar por el control de unas propiedades.
El hombre enviudó hace ocho años. Su esposa Verónica había heredado siete propiedades que ahora Irina quería para ella sola.
Se trata de siete domicilios, entre galpones, viviendas, negocios y terrenos desparramados entre la zona de barrio Los Boulevares, de la ciudad de Córdoba y Río Ceballos. El total de las propiedades tiene una valuación fiscal de 52 millones de pesos. En valor de mercado, la cifra se multiplica varias veces.
Tras varias idas y vueltas con abogados, todo indicaba que el 29 de diciembre Reynaldo e Irina finalmente se iban a sentar para repartirse el control de estos inmuebles, acuerdo al que la joven le había puesto varios reparos, ya que siempre había pugnado por quedarse con el control total, según contaron los testigos ante el fiscal Griffi.
Irina siempre había puesto en duda las intenciones de su padre, ya que sostenía que él la quería engañar y que ella era la única y legítima heredera de los propiedades que en vida habían sido de su madre.
Reynaldo nunca llegó a firmar aquellos documentos, ya que lo mataron la noche anterior.
En ese sentido, Enrique Flehr, hermano de Reynaldo y tío de Irina no dudó en advertir ante la fiscalía que ella era la única que él supone que se pudo haber beneficiado con el crimen.
Enrique no dudó en afirmar que a Reynaldo primero lo echaron de la habitación matrimonial, luego de su casa y finalmente de la vida.
Tras abandonar su casa, terminó por mudarse a un chalet, al frente. Allí lo asesinaron.
Miriam, la última pareja de Reynaldo, también apuntó en dirección a Irina. Dijo que justo antes de morir, el arquitecto se había colocado un anillo de compromiso, ya que tenían pensando comenzar a convivir en 2022 y tal vez también en casarse. Ante esto, deslizó que la joven pudo haber pensado que si ellos contraían matrimonio ella iba a perder algunos derechos de herencia, lo que habría aumentado su presunto odio hacia el padre.
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