Homicidio en Córdoba
13/05/2024 | 10:10
Redacción Cadena 3
Juan Federico
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La historia secreta detrás de la insólita fuga de Carmona que terminó en crimen
El reloj se acercaba a las 16 de aquel caluroso martes 13 de diciembre de 2022. En todo el país, quienes aún estaban en la calle apuraban el paso para no perderse en la televisión el partido que la selección de fútbol iba a disputar con Croacia por la semifinal del Mundial de Qatar.
En la modesta vivienda de calle Formosa 156, en Las Violetas, en las profundidades del oeste de la ciudad de Córdoba, seis guardiacárceles chaqueños tenían el mismo plan, pese a que allí custodiaban a uno de los criminales más sanguinarios de la historia del país, Roberto Carmona (59), un múltiple homicida condenado a prisión perpetua, quien estaba de visita en la casa de su pareja, Ángela Etudie.
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La historia ya se conoce: mientras el árbitro daba comienzo al partido y todo parecía paralizarse, Carmona se marchaba por la puerta principal de la casa. Ya fugitivo, cuadras más adelante asaltaría al taxista Javier Bocalón (45), al que mató a puñaladas.
Al volante del auto, con la víctima en el asiento trasero, Carmona terminaría por estrellarse contra dos columnas, en la esquina de Santa Ana y Félix Paz, a casi 20 cuadras del domicilio del que había escapado.
Desde allí, cruzó a un hipermercado ubicado al frente y asaltó a la única pareja que estaba de compras. Se llevó el vehículo, que terminó por chocar y abandonar detrás del CPC de Villa El Libertador, a unos 11 kilómetros del supermercado, para luego regresar en un raid criminal que parecía interminable: en la playa de estacionamiento de la clínica Clínica Vélez Sársfield intentó asaltar sin éxito a una joven y a su madre, hasta que continuó rumbo hacia Agote y Almirante Brown, en la misma zona de la que había escapado, donde finalmente fue detenido por un grupo de policías de Investigaciones Criminales que ya lo buscaban con desesperación.
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Homicidio en Córdoba
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Desde entonces, Carmona permanece detenido en la cárcel de Cruz del Eje, donde permanece bajo una fuerte custodia.
Fue su regreso a un penal cordobés luego de permanecer durante largos años en una penitenciaría de la provincia de Chaco.
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Carmona se hizo conocido en la provincia de Córdoba a partir de enero de 1986 cuando secuestró y asesinó a la adolescente Gabriela Ceppi (16). Si bien cuando fue detenido y obligado a declarar le dijo a aquellos duros policías que también había violado a la joven, los peritajes de esa época no lograron avanzar en pruebas en esa dirección.
Luego, en la cárcel de barrio San Martín, de la ciudad de Córdoba, mató a otro recluso, en 1994 (recibió una nueva sentencia de 16 años de cárcel), y, tras ser trasladado a un penal de Resistencia (Chaco) volvió a ultimar a otro preso, en 1997 (condenado a su segunda perpetua).
Desde entonces, se convirtió en un problema penitenciario: ninguna cárcel lo quiere tener alojado, porque genera problemas constantes con el resto de los detenidos.
Después del crimen en Chaco, fue devuelto a la cárcel cordobesa de barrio San Martín, donde fue necesario adaptar un lugar especial para alojarlo, conocido como "la Lorera", aislado del resto de los presos.
Permaneció allí hasta el motín de febrero de 2005. Un grupo de los revoltosos tenía como objetivo darle alcance y matarlo. El Servicio Penitenciario logró rescatarlo justo antes de que el penal quedara tomado por completo por los reclusos.
Fue alojado en el entonces nuevo penal de Bouwer, pero ya en Córdoba tenían una decisión tomada: Carmona no podía permanecer en ninguna cárcel de la provincia.
Ante esto, se reactivó la idea de enviarlo de nuevo a una cárcel de Chaco, donde tenía la otra condena a perpetua por el asesinato del preso en 1997. Ya en Resistencia, al poco tiempo obtuvo el beneficio, otorgado por la Justicia de esa provincia, de ser trasladado a la granja de Corrientes.
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Homicidio en Córdoba
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Y, años después, en 2014, el entonces juez de Ejecución Penal de esa provincia, Juan Cima (hoy jubilado), firmó una resolución que hoy suena insólita: cada cuatro meses, Carmona era trasladado desde una cárcel chaqueña hacia el barrio Las Violetas, de la ciudad de Córdoba, para que visitara durante 72 horas a su esposa Angela Etudie.
Todo el viaje era realizado por una comitiva especial del Servicio Penitenciario de Chaco, conformada por cinco guardiacárceles y un enfermero que no podían separarse de él en ningún momento.
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Pedido de justicia
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Carmona pernocataba en la cárcel de Bouwer y a la mañana siguiente, antes de las 8, era buscado por los penitenciarios chaqueños, que lo llevaban a la casa de Las Violetas, a la que ellos también ingresaban ya que debían hacer de custodios de forma permanente. La visita duraba nueve horas, tras lo cual el reo era devuelto al penal. Así, durante tres días, hasta que regresaban a Chaco.
Tras la criminal fuga que protagonizó en diciembre de 2022, además de Carmona fueron detenidos su esposa (hoy con prisión domiciliaria) y los seis guardiacárceles chaqueños que estaban a cargo de su custodia: David Bravo (enfermero), Walter Gómez, Leandro González, Juan José Penayo, Liber Salinas y Jorge Sánchez.
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Trágica fuga en Córdoba
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El fiscal Horacio Vázquez había entendido que los penitenciarios habían actuado con dolo al facilitarle la fuga: o sea, que lo hicieron por alguna conveniencia propia.
Pero cinco meses después de aquella primera acusación, la jueza de Control María Celeste Ferreyra les bajó la calificación penal a favorecimiento culposo de evasión (o sea, por negligencia) y resolvió que quedaran en libertad de inmediato, ya que esta figura penal sólo supone una pena de multa.
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Tras la fuga en Córdoba
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En concreto, al analizar todo el expediente, la magistrada no encontró ninguna prueba que permitiera sostener que los guardias dejaron a propósito, bajo algún acuerdo, que Carmona se fugara.
En ese punto, la jueza subrayó que ella no desconocía que esa fuga le permitió al múltiple homicida volver a matar, pero que no encontraba un nexo que permitiera sostener que se trató de una facilitación adrede.
"Tampoco me resulta ajeno el aberrante hecho cometido por José Roberto Carmona con motivo de su evasión, del que se espera, encuentre una pronta y ajustada justicia. Incluso, no soslayo que, de no haberse aquella producido, los posteriores ilícitos no se hubieran ocasionado. Sin embargo, no resultaría ajustado a derecho plantear una relación de causalidad entre los delitos llevados a cabo por Carmona con posterioridad a su evasión y la negligencia de los agentes penitenciarios que propició aquella fuga", apuntó la jueza.
Ferreyra también resaltó que la escasa pena prevista para los agentes de seguridad a los que, por negligencia, se les escapa un detenido, en este caso sólo una multa, se trata de una desproporción de la ley, por lo indicó que se "impone su inmediata revisión" por parte de los legisladores.
En el mismo fallo, se deja en evidencia que pese a que "Carmona es un condenado de máxima seguridad, tratándose de uno de los presos más peligrosos que la historia criminal argentina reconoce" en realidad el mecanismo de prevención era más que deficiente. Repasemos los principales puntos:
1. En la cárcel de Chaco, Carmona estaba autorizado a tener un celular. Por eso, realizaba llamadas de manera permanente con su mujer en Córdoba. Se sospecha que a través de estas conversaciones pudo haber planificado su fuga.
2. Cuando viajó a Córdoba por última vez, Carmona subió al camión penitenciario con una mochila con ropa, su celular y un televisor 14 pulgadas. Dijo que iba a aprovechar el viaje para llevar este aparato y dejarlo en la casa de su esposa, ya que le iban a dar un plasma para llevar a su celda chaqueña. Nunca nadie revisó el interior del televisor de 14 pulgadas.
3. La comitiva partió en un camión del Servicio Penitenciario. En los diálogos entre ellos, los guardias se quejaban del escaso presupuesto con que el que contaban: no más de 60 mil pesos para gastar entre todos en alojamiento, combustible y comida, durante tres días. Ellos mismos, tras dejar a Carmona la primera noche en el penal de Bouwer debieron salir a buscar un hotel en la ciudad de Córdoba.
4. Cuando llegaron el martes a la mañana a la casa de Las Violetas, los guardiarcáceles hicieron sólo una inspección ocular del domicilio. La mujer de Carmona les dio un juego de llaves y les aseguró que era el único que había en la vivienda. Luego, los guardias se dividieron, supuestamente, en dos grupos: tres en el patio y tres en un garaje.
5. La dueña de casa les dijo que la puerta principal estaba bloqueada porque hacía sólo tres días que la había cambiado. Había reemplazado una ruidosa puerta de metal por una más liviana, que no hacía ruido. Los guardias dijeron que sólo constataron que tuviera llave. Nunca les llamó la atención de que justo esa abertura hubiera sido cambiada apenas 72 horas antes de que llegara el reo. Esa tarde, Carmona se escapó por allí.
6. Mientras estaban de custodia, un grupo de guardiacárceles salió a la calle junto a la dueña de casa. Se fueron a un comercio cercano a comprar carne, verduras y carbón, ya que hicieron un asado en el patio de la casa antes del partido de fútbol.
7. La vecina Mónica González, que vive al frente y tiene un parentesco con la mujer de Carmona, declaró que esa tarde, minutos antes de que comenzara el partido, vio a Carmona junto a los guardias en la vereda de la casa. Ella se acercó a saludarlo, momento en el que el homicida le preguntó si sabía dónde se podía comprar droga en la zona. "Él me dijo ‘no hay problema con los policías, es para ellos, son pulenta’", indicó esta testigo.
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Peligroso delincuente
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8. Los guardias dijeron que ellos estaban en el patio cuando Carmona dijo que se sentía mal y que se iba a acostar. Y que a los pocos minutos, cuando fueron a buscarlo a su habitación, se dieron cuenta que ya se había fugado. Ante la fuga de Carmona, dos guardias salieron corriendo a buscarlo por el barrio. Fue entonces que en una plaza, terminaron cercados por una banda de delincuentes, que intentó asaltarlos. Ellos estaban desarmados, por lo que regresaron corriendo a la casa de la mujer de Carmona.
9. Como los guardias tenían un juego de llaves y dijeron que la puerta principal estaba cerrada, se presume que la esposa de Carmona le facilitó una copia para que pudiera abrir y marcharse.
10. Policías que patrullaban por el sector indicaron que esa tarde llegaron los guardias chaqueños corriendo hasta el móvil y con desesperación les indicaron que el reo se había fugado. Y le aportaron una foto del mismo. Esta acción, sostiene la jueza Ferreyra, es un indicio de que los guardiacárceles no habían avalado la huida de Carmona, sino que el escape se produjo por una negligencia de ellos en su deber de custodia.
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