Jefatura de la Policía de Córdoba. (Foto: Policía de Córdoba/X)
Investigan el robo de celulares en Córdoba

Investigación judicial

La millonaria pista detrás del escándalo en la Policía de Córdoba

06/09/2024 | 10:34

Tras de la detención del subjefe asoma una trama financiera por encima de la venta de celulares y neumáticos robados. La impresionante cifra que le secuestraron a una subcomisaria también detenida.

Redacción Cadena 3

Juan Federico

"Voy a reconocer los hechos y voy a declarar: en 2021 empecé a trabajar con una gente que tiene comercios en el Centro, vinculado al tema de cambio de dólares. Ahí, en varias oportunidades había un policía que custodiaba y ayudaba. Yo empecé a trabajar con él, he ido a varios departamentos en donde él cambiaba dólares. Hasta que una vez que se estaba cambiando una suma grande, entonces yo le pido plata y él me dijo que me daba la plata pero le tenía que guardar la mercadería, que era una gran cantidad de celulares iPhone , porque yo vivía alejado del centro".

Cuando el acusado de haber montado un "laboratorio" para desbloquear iPhone en su casa camino a Villa Esquiú, en la periferia de la ciudad de Córdoba, pidió hablar en octubre al comenzar el juicio en su contra en la Cámara 8 del Crimen, fueron varios los que abrieron bien los ojos.

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Lo que se creía que era una causa menor por encubrimiento, ya que la investigación preliminar no había logrado encontrar otros eslabones, se estaba por convertir en uno de los mayores escándalos de las últimas décadas dentro de la Policía de Córdoba.

Y el acusado continuó hablando. "En el segundo allanamiento entró (el policía que siempre estaba en los locales del Centro) y yo le dije 'vos me conoces' y él les dijo a los policías que estaban haciendo el allanamiento, llévenselo. Cuando salgo, me preguntó otro policía de donde lo conocía y le dije que él trabaja con la gente que yo trabajo. Primero me dijo a mí que era raro que haya ido él porque no era jefe de ellos. Después, afuera hablaba con otro policía y le decía que yo sabía que éste andaba en cosas raras, que era medio corrupto".

El acusado llevaba más de un año preso. ¿Por qué recién entonces en el juicio empezaba a contar toda esta historia? "Quise declarar esto al principio, pero mi otro abogado me dijo que no lo hiciera hasta que avanzara la causa para ver si era necesario o no. Después de un tiempo, había tomado la decisión y quería hacerme cargo porque entendía que ya había cumplido y quería declarar. Pedí fecha para declarar, para justamente reconocer los hechos, pedir perdón y ponerme a disposición de ustedes", contestó en la primera audiencia.

La gran cantidad de detalles que vomitó en ese momento no dejaba de impresionar a los funcionarios judiciales presentes, con el fiscal de Cámara Hugo Almirón como principal interesado en escucharlo.

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"En la galería comercial 25 de Mayo, ahí funciona el local principal. Hay veces que me enviaban a un departamento en la calle Olmos, en donde siempre solía estar uno de los hijos. Después hay otro en la bulevar San Juan, justo al lado de un lavadero. En la calle Olmos si he subido, y era en el 3° B. El policía siempre se movía en el local del centro, el de 25 de Mayo. Es más, muchas veces he ido a buscar plata, y me han hecho esperar y él se me acercaba. (...) El policía que trabaja con ellos, tenía un rango importante y siempre les avisaba. Es más, el dueño del local me dijo nunca que nunca lo iban a allanar poque ese policía les avisaba. Por eso siempre dieron negativos los allanamientos. Uno va actualmente al local y está el escritorio, la máquina de contar plata y si preguntan por un teléfono usado, le dicen ya lo traemos, llaman por teléfono y lo traen. O sea que siguen con la compra y venta de iPhone usados, nuevos. Nunca me imaginé que me pudiera acusar a mí, ni allanarme a mí".

Y fue entonces que le puso nombre y apellido al policía señalado. "Después lo vi en varias notas al policía, por eso me entero que es policía. Es más, él después se hace presente en el allanamiento en mi casa, cuando los otros me dicen que no tenía nada que ver con ellos. El entró a mi casa, me vio a mí, se rio, me ignoró y después les dijo levanten todo y llévenselo detenido. Ahí es cuando yo le digo porque me haces esto, si yo te conozco. Cuando los policías me llevan al patrullero, uno me pregunta de dónde lo conozco yo a él y ahí es cuando le digo. (...) Cuando el personal que hacia el procedimiento me lleva al móvil policial, un policía me dice 'che, de donde conoces a Cristian Cabrera, porque es el jefe nuestro, pero no debería estar acá'”.

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La historia que siguió a esta declaración terminó por completarse 11 meses después, durante esta semana. El fiscal Almirón llevó al detenido a la fiscalía de Delitos Complejos, que lidera Enrique Gavier, quien escuchó todo de nuevo y abrió una investigación que se convirtió en una verdadera bomba.

Cabrera fue el jefe de las Brigadas Civiles de la Policía de Córdoba hasta el 23 de febrero último. Ese día, el fiscal Gavier ordenó allanar la "cueva" y los locales de compra y venta de celulares señalados en la denuncia.

Un dato que no se conocía hasta hoy: cuando en febrero pasado los investigadores ingresaron en el local de la galería 25 de Mayo, junto a los civiles de apellido Monge estaba el propio Cabrera. A todos les secuestraron los celulares (a Cabrera dos), pero no se avanzó en ninguna imputación en aquel momento.

Dos semanas después, a través de su abogado Hugo Luna, este jefe policial pidió el mantenimiento de su libertad. Sólo le respondieron que no correspondía ningún pedido ya que no había aún ninguna acusación.

En Jefatura todos ignoraban lo que se estaba investigando. Pero Cabrera quedó licenciado, mientras se decidía, tras los cambios en la cúpula policial de diciembre, si continuaba en su cargo o si era destinado a otra área.

Quienes conocen de cerca el movimiento interno de la Jefatura aseguran que en los últimos meses Cabrera había comenzado a mover sus influencias para ser reincorporado. Jamás se habrá imaginado que la Justicia pensaba otro destino para él.

Con los celulares en su poder, los comisionados que trabajan bajo las directivas de Gavier comenzaron a robustecer el expediente.

Y llegaron a una conclusión tremenda. "Cabrera no solamente apañaba la actividad de esta cueva o de esta banda dedicada a la comercialización de teléfonos celulares y neumáticos de origen ilícito, sino que también trabajaba para esta gente en la misma oficina donde desarrollaban sus actividades. Hay un importante caudal probatorio", contó este viernes en exclusiva a Cadena 3 el fiscal Gavier.

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El celular de Cabrera "habló" demasiado. Se encontró una conexión con un empleado judicial, Juan José Corzo, quien en 2023 trabajó en la unidad judicial 12. Allí habrían fraguado denuncias sobre el robo de neumáticos.

Y, sobre todo, aparecieron contactos frecuentes con el subjefe de la Policía, Mercado, quien en 2022 y 2023 fue el jefe de Cabrera, ya que dirigía la división Investigaciones Criminales, de la que dependen las Brigadas Civiles. "(Mercado) Conocía acabadamente la actividad de Cabrera y lejos de proceder conforme a derecho, iniciando una persecución penal, apañaba esta actividad", afirmó el fiscal.

Pero Cabrera y Mercado no fueron los únicos policías detenidos este martes. Junto a ellos también fue capturada la subcomisaria Verónica Aguilar, quien también trabaja en las Brigadas Civiles. Hasta esta semana, estaba asignada a la zona de Saldán.

Al igual que a Cabrera, la acusan de formar parte de una presunta asociación ilícita, junto al "clan Monge" (un hombre y a sus tres hijos). Mercado debe responder, por ahora, por encubrimiento agravado, mientras que el empleado judicial Corzo está imputado de falsa denuncia y falsedad ideológica.

Cuando fue allanada, a la subcomisaria Aguilar le secuestraron alrededor de 15 millones de pesos y hasta una máquina para contar dinero. Una cifra impresionante que robustece la hipótesis de la investigación en la que aparece con un rol clave dentro de la actividad financiera (compra y venta de dólares) de esta "cueva todoterreno".

La pista del dinero es una arista esencial dentro de toda la causa, de manera transversal a la "reducción" de celulares y neumáticos robados. ¿De dónde salía el dinero que se movía en esa "cueva"? ¿Acaso había más policías '"invirtiendo" allí?

El fuerte movimiento policial alrededor de una banda que sería una de las más importante detrás del robo diario de celulares en Córdoba ha generado mucho más que estupor.

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