Las claves detrás del ataque en la cancha de Vélez

No cesa la polémica por el salvaje ataque que un grupo de hinchas de Talleres sufrió el miércoles pasado en el estado Amalfitani, en medio del partido que por la Copa Libertadores disputaban Vélez Sársfield y Talleres.

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La fiscalía especializada en espectáculos masivos, a cargo de Celsa Ramírez, trabaja en distintas direcciones en torno a la investigación: 

1) Identificar a los barras de Vélez que atacaron a los cordobeses.

2) Establecer la responsabilidad funcional de los guardias de seguridad y de la dirigencia del club local.

3) Lograr las identidades de los nueve hinchas de Talleres que ingresaron una bandera, algo que estaba prohibido.

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Pero al mismo tiempo, comienzan a asomar otras conjuras detrás de este grave episodio que otra vez termina por poner en una misma dimensión a un espectáculo deportivo con una noticia del ámbito penal.

Por un lado, la interna al interior de la AFA. Andrés Fassi, el presidente de Talleres, no termina por ser digerido por Claudio "Chiqui" Tapia y los popes del fútbol nacional. Que Vélez Sársfield se haya negado a habilitar la hinchada visitante el miércoles responde mucho a esto. Aunque nadie lo diga en voz alta, no le querían regalar a Fassi la foto de mostrarse con más de 10 mil hinchas en Buenos Aires. Una muestra de fortaleza institucional de un club al que Fassi agarró en el Torneo Federal.

Por eso, en Buenos Aires se le reprocha no haber impedido el viaje de los "infiltrados" de Talleres y, de algún modo, haber alentado hasta último momento la presencia de cordobeses en la cancha de Vélez, pese a que no estaban autorizados.

Y, al mismo tiempo, también en la política se observa con reojo el avance de Fassi. Después de que se conocieran los serios incidentes, y ante la multitud de fotos que había, se supo que en esa tribuna, y con entradas de protocolo, estaban el vicegobernador de Córdoba, Manuel Calvo, el exintendente de la ciudad de Córdoba, Ramón Mestre, y el diputado por el PRO Gustavo Santos. Varios de los colores políticos provinciales unidos bajo el manto albiazul.

A Fassi ya lo han sondeado en otras ocasiones para incursionar en la política. Por ahora, lo ha desechado. Pero que detrás de su gestión se encolumnen reconocidos políticos cordobeses lejos está de ser sólo una mera cuestión de pasión.

No es menor que en la mañana del jueves, mientras Fassi denunciaba una "masacre", el ministerio de Seguridad de la Provincia anunciara que iba a vedar la presencia de hinchas de Vélez el próximo miércoles en el Kempes. De esta manera, se preservó al propio Fassi de tomar esa decisión por su cuenta, ya que se instaló como una política de prevención provincial.

Y esto no es todo. Otra vez, la gruesa interna de La Fiel, la poderosa barra brava de Talleres, quedó al descubierto. Con su líder, Darío Cáceres, preso por una causa de narcotráfico, el poder aún sigue en discusión. Los actuales referentes viajaron a Liniers y estuvieron en la popular local, junto a los barras de Vélez.

En el interior del club Talleres sostienen que en el grupo de los 350 agredidos había dos exmiembros de La Fiel que justo se retiraron de esa platea cuando estaban por comenzar los incidentes.

Aquí, las versiones difieren: algunos sostienen que en realidad, los actuales líderes de La Fiel mandaron a los barras de Vélez a golpear allí para agredir justamente a esos dos exmiembros; otros, por lo contrario, indicaron que estas dos personas se fueron en buenos término de La Fiel y que aún conservan un cierto vínculo, por lo que fueron a la platea con la misión de ordenar que los simpatizantes cordobeses dejaran de cantar, porque eso estaba molestando a los locales. Como no lograron que les hicieran caso, se retiraron y dieron paso a la golpiza. 

Tanto una como otra versión hasta ahora no superan la categoría de rumor. Pero ya han provocado un fuerte cortocircuito hacia adentro.