Le robaron el auto, encontraron las llaves de la casa adentro y lo desvalijaron

Otra vez, la inseguridad infinita en Córdoba. Delitos sobre delitos. Como en el caso de la taxista que sufrió tres robos casi en simultáneo (incluso, al primer ladrón lo asaltaron otros delincuentes) entre los barrios IPV Villa Posse y Cooperativa 16 de Abril, en la zona sudeste de la Capital cordobesa. O el drama que sufre de manera interminable el jardín Lezama, de IPV Argüello, en el noroeste de la ciudad, que ya anota 31 robos en los últimos años.

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Ahora, se conoce otro caso de "robos al cuadrado". El de un vecino de barrio Parque San Carlos, en la zona sur de Córdoba, que sufrió la sustracción de su auto. Pero nada terminó allí, sino que los ladrones encontraron las llaves de su casa adentro del vehículo y fueron hasta el domicilio, para desvalijarlo.

De acuerdo a lo informado por fuentes policiales, todo comenzó cerca de las 16 de este lunes, cuando un hombre dejó estacionado su auto Toyota Corolla blanco sobre la avenida Richieri al 3700, en barrio Jardín Espinoza. Se bajó para realizar un trámite personal y cuando regresó se topó con que el rodado ya no estaba. Se lo habían robado. Adentro, estaban las llaves de su casa, entre otras pertenencias.

Entre que hizo el trámite, regresó y buscó el auto hasta corroborar al fin que se lo habían llevado, pasaron unos cuantos minutos. El tiempo suficiente para que los ladrones fueran hasta su casa de barrio Parque San Carlos, a unas 25 cuadras de allí, y la desvalijaran.

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Entraron utilizando las llaves que habían encontrado en el auto. Y se llevaron casi todo: tres computadoras, una cafetera, una sandwichera, un parlante, una perforadora, una caladora eléctrica, otros dos juegos de llaves y alrededor de 3.000.000 de pesos entre dólares y moneda nacional, según quedó consignado en una primera denuncia efectuada por la víctima.

¿Cómo llegaron los delincuentes hacia esa vivienda? Los informantes policiales apuntaron que se manejan dos teorías.

Una indica que los ladrones abrieron el auto, encontraron las llaves de la casa y se fijaron entre los papeles del vehículo (como la tarjeta verde) hasta encontrar la dirección.

Otra hipótesis apunta a un trabajo de inteligencia más elaborado: un seguimiento desde que salió de su casa y estacionó el auto, para luego abrirlo, robar el vehículo y las llaves, e ir rápido hasta el domicilio.

Las fuentes agregaron que esta última modalidad ya la han detectado en otras investigaciones. Sobre todo, cuando las víctimas viven en barrios cerrados. En estos casos, los delincuentes las persiguen desde que salen de esas urbanizaciones y apenas estacionan en algún lugar, intentan inhibir la alarma del vehículo o utilizan una llave inteligente (Pandora o Flipper) para luego abrir el rodado y sacar la tarjeta de ingreso. 

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Cuando la víctima regresa a su auto, no encuentra ninguna anomalía, por lo que no se da cuenta -por lo general- en ese momento de que le han robado la tarjeta, a la que luego denunciará como extraviada. 

Ya con el plástico en su poder (o con una tarjeta "clonada") los delincuentes ingresan en los barrios cerrados y roban en diferentes viviendas, aprovechando que allí suelen tener más relajadas las medidas de seguridad.

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