Mató a su novia sin agredirla

No le disparó. Tampoco la apuñaló. Ni siquiera la golpeó de alguna manera. Mucho menos utilizó algún veneno ni contrató a terceros. Pero hoy está preso, acusado por el homicidio de quien se supone que habría sido su pareja.

La investigación que lidera el fiscal de Violencia Familiar Pablo Camacho tiene como epicentro una coqueta vivienda de barrio Urca, en la zona norte de la ciudad de Córdoba, donde el pasado 13 de enero fue encontrada ya sin vida Alejandra Cripa (67).

Lo que al principio asomaba como una posible muerte natural o por un accidente doméstico, una presunta caída, terminó por dar un vuelco radical, al menos en la hipótesis que maneja el fiscal.

El domicilio en el que fue encontrada muerta pertenece (no está claro si es el dueño o el inquilino) a Raúl Miranda, quien semanas después quedaría detenido acusado por la muerte de la mujer.

De acuerdo a lo que consta en la causa, y a los datos aportados por diferentes fuentes judiciales y policiales, Miranda supo trabajar con el padre de Cripa, un hombre abocado a la administración de propiedades. Tras el fallecimiento, su hija Alejandra heredó parte del negocio y también el vínculo con Miranda.

Alejandra tuvo en los últimos años diferentes problemas de salud mental, lo que motivó que incluso fuera internada en centros especializados. De a poco se fue alejando de su familia más directa, mientras pasaba más tiempo con Miranda.

Para la fiscalía, entre ellos ya existía un vínculo afectivo. Por eso, toda esta causa quedó radicada en el fuero de Violencia Familiar.

Siempre según la investigación, de a poco Miranda comenzó a aparecer como un heredero de los bienes de Alejandra. En el medio, la mujer iba evidenciando un deterioro de salud.

Ahora bien, ¿por qué quedó preso Miranda? Con los resultados de la autopsia en la mano, más otros informes, el fiscal Camacho entiende que días antes de morir Alejandra pudo haber sufrido una caída en su domicilio. No hay indicios que apunten a una agresión directa de él. Pero sí se sospecha que producto de ese golpe, la mujer quedó sin posibilidades de pararse.

Fue entonces que Miranda no habría realizado ninguna acción para ayudarla. Escrito de otra manera: que la dejó morir. 

¿Para qué? En este punto de la hipótesis aparecen con fuerza dos palabras que en varias veces suelen asociarse en las investigaciones penales: herencia y codicia.

A Miranda se lo acusa por un supuesto homicidio doloso por omisión y por codicia. "No es que hace algo que mata al otro, sino que pese a tener la obligación de hacer algo para que el otro no muera, no lo hace", enseñó una de las fuentes consultadas. Se trata de omitir, de manera consciente, la actuación para ayudar al otro.

"La mujer se cayó en la casa de él y permaneció varios días tirada sin que este hombre avisara a nadie", terminó de explicar otro informante para dar cuenta de qué se trata la sospecha que guía esta investigación.