Otro caso de brutalidad policial que terminó en muerte: seis efectivos, a juicio

Cuatro suboficiales acusados de homicidio calificado por abuso en sus funciones, y un subcomisario y un suboficial que deberán responder por el delito de encubrimiento agravado, fueron enviados a juicio en las últimas horas por el fiscal Raúl Ramírez en el marco de la investigación por la muerte de Jonathan Romo ocurrida en La Falta en 2022.

De acuerdo a la investigación, el domingo 10 de julio de aquel año, Romo, notablemente exaltado, ingresó en una despensa de La Falda y provocó disturbios. Los dueños lograron sacarlo a la calle, mientras llamaban a la Policía. No era la primera vez que sucedía: el joven, con un largo historial de consumo de drogas, solía verse involucrado en problemas en medio de brotes psicóticos.

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Cuando llegaron los agentes, lograron reducirlo. Lo arrojaron de cara al suelo y lo sujetaron poniéndole una rodilla en la espalda. Para el fiscal Ramírez, el uso de la fuerza por parte de los policías fue "desproporcionado" y "arbitrario". 

En un video filmado con un celular al que accedió luego la familia de Romo, se observa cómo los policías forcejean con él, hasta que lo reducen. Los uniformados le hicieron presión con las rodillas sobre el pecho y la espalda, además de otros golpes.

Los defensores en su momento adujeron que no hubo intención de hacerle daño. 

Casi de manera tácita, todos coincidieron en la escasa preparación que tenían los uniformados para actuar ante un caso así. Incluso, esta precaria capacitación quedó al descubierto días después de este caso, cuando Cadena 3 publicó un informe reservado de la propia Policía que alertaba sobre falencias básicas.

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El informe de la autopsia indicó que la causa probable de muerte fue "asfixia mecánica" y que fue generado por "terceros".

Y fue entonces que el fiscal Ramírez avanzó en contra de los policías. Adujo que las maniobras de reducción empleadas fueron "inadecuadas, exageradas y violatorias” a los derechos humanos. Y resaltó que una vez detenido, en lugar de llevarlo a un centro de salud, lo enviaron al calabozo de la comisaría local.

Una situación similar a la que investiga ahora otro fiscal, José Mana, en torno a la muerte de un detenido en la cárcel de Bouwer. César Moreno, en medio de una crisis psiquiátrica, fue detenido y alojado en esa penitenciaría, donde los médicos ordenaron atarlo de pies y manos a una camilla durante 48 horas. Murió a causa de una trombosis originada en una golpiza anterior a ser sujetado. El fiscal Mana sostiene que se trató de un caso de tortura seguida de muerte y lo enmarcó como un episodio de "violencia institucional". Una causa que tiene detenidos a siete guardiacárceles y a dos médicos del Servicio Penitenciario.

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Los paralelismos con el caso Romo no dejan de impresionar. Ahora, luego de que meses atrás un juez de Control le ordenara al fiscal Ramírez revisar la acusación, ya que entendía que la responsabilidad directa de los policías no quedaba del todo clara en la formulación presentada en el expediente, otra vez la causa vuelve a ser elevada a juicio.

El fiscal acusa del presunto delito de homicidio calificado por abuso funcional a los policías Miguel Ángel Aguilera, Walter Darío Geri, Hernán Ezequiel Suárez Guevara y Juan Pablo Zunino. En tanto, el subcomisario Pablo Antonio Zárate y el agente Lucas Emanuel Giménez deberán responder por encubrimiento agravado (nunca dejaron asentado en el libro de guardia lo sucedido).

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