Inseguridad en Córdoba
06/04/2022 | 12:14 | Aumentan las sospechas sobre las bandas que están actuando en la zona de Jesús María y Colonia Caroya. Un comisario fue apartado.
Redacción Cadena 3
Juan Federico
El golpe comando que el sábado último una banda perpetró contra una familia de Colonia Caroya ha generado un efecto cuyas consecuencias aún son impredecibles en esa zona de la provincia de Córdoba.
En concreto: la sombra sobre "poliladrones" atacando en el Departamento Colón se ha ido agigantando en las últimas horas.
Los ladrones no sólo que tenían vestimenta similar a la policial, incluido un barbijo, sino que también dejaron abandonada una pistola reglamentaria que un agente la denunció como robada el pasado 14 de febrero.
Pero esto no es todo. Apenas comenzó el asalto, un amigo de un hijo de la víctima se dio cuenta, ya que estaba compartiendo un juego virtual. El joven le avisó a su padre, quien llamó a la Policía. Pero el primer patrullero recién llegó más de 30 minutos después. Justo antes de su arribo, los ladrones que aún permanecían en ese domicilio dijeron que tenían que huir porque estaba arribando un móvil.
Todo ocurrió en una vivienda ubicada entre las calles 27 y 42 de Colonia Caroya. En total, participaron al menos cinco ladrones, quienes luego de revolver toda la casa y robar algunos objetos de valor decidieron llevarse como rehén al dueño de la vivienda, un empresario que tiene una sodería en esa localidad.
En la empresa tenía una fuerte suma de dinero, ya que no había logrado pagar los sueldos el viernes y los iba a entregar el lunes. El dato no es menor, ya que la pista de un "entregador" resuena fuerte en la investigación.
Mientras tres de los asaltantes se llevaron cautivo al empresario, José Luis Peschiutta, otros dos se quedaron de "guardia" con el resto de la familia.
El comerciante recién fue liberado en barrio Ciudad de los Niños, de Guiñazú, en el ingreso a la Capital cordobesa. Lo habían trasladado en el baúl de su auto Honda.
De manera llamativa, los ladrones también dejaron abandonada una camioneta Volkswagen Amarok, que tenía pedido de secuestro, y la pistola Bersa que un policía había denunciado como robada en febrero último.
En total, los delincuentes se llevaron 700.000 pesos y unos 3000 dólares.
Ante el hallazgo del arma y la sospecha de que los ladrones vestían uniforme policial, la causa fue remitida al fiscal Ernesto de Aragón, quien debe investigar todos los casos delictivos en los que aparezcan pertrechos policiales en poder de los delincuentes.
Por ahora, no hay personas imputadas en esta investigación. Pero ya hubo una importante derivación interna. El subcomisario Heber Romero fue licenciado en las últimas horas. Se trata de quien hasta el martes revestía como el jefe del Comando de Acción Preventivo de la Departamental Colón.
A nivel oficial, la única explicación hasta ahora aduce que se tomó la licencia anual por vacaciones.
Pero en Jesús María y Colonia Caroya aparecen dos datos claves.
Por un lado, la inexplicable demora policial en acudir al domicilio de la familia asaltada, pese a que la Policía fue anoticiada del robo en el mismo momento de su inicio.
A lo que se le suma un segundo dato. Wenceslao Camargo, un vecino de Villa del Totoral, denunció que a fines de febrero último padeció un asalto similar al de la familia Peschiutta cuando se encontraba reunido con amigos en una casa quinta ubicada en las afueras de Jesús María.
Camargo aseguró que los ladrones parecían ser "profesionales", ya que no sólo tenían armas, sino también precintos. Y al denunciar ante la Justicia, dejó asentada sus sospechas de que había personal policial entre sus miembros.
En ese punto, resaltó que siempre le había resultado llamativo la actitud que asumió el subcomisario Romero luego del asalto. Aseguró que llegó a su casa y que comenzó a preguntarle más sobre él que sobre el episodio en sí. Y agregó un dato de escándalo: cuando los ladrones ya se habían ido y la casa estaba con custodia policial, "desaparecieron" otros objetos de su propiedad, entre ellos un juego exclusivo de cubierto.
La Departamental Colón está viviendo un comienzo de año más que convulsionado. En menos de tres meses, ya cambiaron dos veces a la cúpula.
El domingo 9 de enero último, la comisaria inspectora Bibiana Cabrera había sido nombrada al frente de la Departamental Colón, luego de que su titular, el comisario mayor Manuel Ernesto Vera fuera removido tras conocerse el video de un violento operativo que se desarrolló el sábado a la madrugada en las afueras del Festival de Doma y Folclore de Jesús María.
Pero la semana pasada, Cabrera pasó a situación pasiva luego de que se conociera una grave denuncia que efectuó una mujer policía, quien aseguró haber sufrido violencia laboral y sexual dentro de la fuerza. Además de Cabrera, la denuncia apunta a otros tres uniformado de alto rango.
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