"Salen a trabajar, no a que los caguen a palos o los maten"

"Dadas las circunstancias, que se está viendo tanta inseguridad a todo nivel, es necesario un mayor apoyo del Estado. Desde hace un tiempo a través de la Federación estamos viendo qué hacer junto al ministro de Seguridad Alfonso Mosquera qué se puede hacer. Porque a la noche, cuando todo se apaga, las estaciones siguen abiertas".

Liliana Gianre es la dueña de la estación de servicios Santa Lucía, ubicada en la avenida Rancagua, a la altura de barrio Villa Corina, de la ciudad de Córdoba. El negocio de expendio de combustible que en los primeros minutos del miércoles pasado se convirtió en la escena de un asesinato: el playero Pablo Altamirano (36) murió tras ser baleado por un motochoro.

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Tras el disparo, el delincuente huyó sin robar nada. Ni siquiera los 960 pesos que Altamirano tenía en la billetera.

Desde entonces, la Policía intenta encontrar a por lo menos dos sospechosos. Pero hasta ahora, la investigación no ha arrojado mayores novedades.

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"El problema es grave. El playero ya sabe y tiene la orden de tirar la billetera, que se la lleven. Pero el problema es el grado de violencia creciente que se está viendo. Por eso es tan necesario un punto de apoyo de seguridad por parte del Estado. Estamos teniendo episodios de inseguridad y de violencia en contra de los playeros. La gente va a trabajar, sale de su casa a trabajar, a cumplir su función y volver a su casa. No que alguien los cague a palos o los mate", resume Liliana en cuanto a cómo es la realidad actual en las estaciones de servicio de la ciudad.

En cuanto a Pablo, la mujer lo recordó con emoción: "Tenemos una relación muy cercana con cada uno de los playeros. Pablo era excelente como persona y como empleado, siempre tuvo una gran predisposición. Estábamos en comunicación permanentemente, la verdad es que no podemos creer lo que pasó".

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Informe de Juan Federico.