Un brutal asalto con un fin desconocido, la pista detrás de un crimen

´Todo sucedió en una fracción de segundos. El auto Honda City llegó a toda velocidad hasta la guardia del Hospital Eva Perón, a un costado de la avenida Santa Ana, en Las Violetas, al oeste de la ciudad de Córdoba. El movimiento de los ocupantes fue instantáneo: con el motor aún en marcha, el que iba en el asiento del acompañante y otro que viajaba atrás, tomaron de los brazos y piernas a un tercero, ya desvanecido. Lo bajaron y lo dejaron allí, abandonado en la vereda. Luego, subieron al vehículo y desaparecieron.

Cuando los guardias alertaron a los médicos y llevaron al herido hacia una cama de la terapia intensiva, ya no había nada más que hacer para devolverlo a la vida. Lucas Linares (35) acababa de morir a causa de las graves heridas internas que le había provocado un balazo que le ingresó por la panza.

El Honda City sería encontrado varios minutos después abandonado en barrio Villa Siburu, en el cruce de Señora de Los Ángeles y Costanera. “Estaba encendido y sin las medidas de seguridad colocadas. En los asientos traseros se observan manchas de sangre”, se indicó de manera oficial.

El rodado tenía pedido de secuestro del 25 de febrero último, emitida por la Unidad Judicial Nº 18. O sea: había sido robado.

Mientras los médicos del Eva Perón redactaban el certificado de defunción y daban aviso a la Justicia sobre la muerte de Linares, llegaban al hospital la madre y la pareja del fallecido. Alguien les había avisado que lo habían dejado allí. Las dos mujeres dijeron no tener idea de cómo había sido herido.

Pero los investigadores de Homicidios, liderados por el fiscal Horacio Vázquez, comenzaron a unir diferentes cabos sobre una misma madrugada violenta. Y llegaron hasta un modesto quiosco que funciona en Chacal y Auquinco, en Villa Cornú, a 15 kilómetros del hospital Eva Perón.

Alrededor de la 1, allí se había producido una balacera a la que los vecinos describieron como infernal. Un grupo comando irrumpió en ese domicilio con unas intenciones que por ahora sólo generan dudas. ¿Semejante golpe para ir a robar un quiosco que prácticamente no tenía nada para vender a simple viste? Se sospecha que los delincuentes fueron a buscar algo más a ese lugar, acaso algo inconfesable para su propietaria. Se trata de una mujer que tiene antecedentes penales y que esa madrugada también resultó baleada, por lo que fue internada.

En la causa se presume que en medio de esa balacera, Linares cayó malherido. Se supone que él integraba el grupo de desconocidos que copó ese domicilio de manera violenta. Lo que no está claro si hubo tiros cruzados o si fue alcanzado por un balazo disparado por algún cómplice.

Un muerto a tiros, una mujer también baleada que quedó internada, un auto robado que luego fue descartado y un robo cuyas características no cierran por ninguna parte forman hoy el rompecabezas que el fiscal Vázquez intenta descifrar.