Opinión
28/06/2021 | 11:22 |
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El decreto vigente que establece restricciones por la emergencia sanitaria, tiene un artículo especial sobre la obligación de cumplir aislamiento obligatorio para toda persona que ingrese al país.
Se sabe que no se cumple, o se cumple a medias. Pasan cientos sin que nadie sepa si son portadores. De hecho Migraciones ha detectado y denunciado a 287 viajeros. Mejor no pensar en cuántos no detectaron.
Pero al menos, la intención, la norma está: textual "Las personas que llegan al país desde el exterior, deben estar aisladas durante 14 días".
Es razonable. Circulan nuevas cepas, variantes del virus que causan estragos aún en países con alto nivel de inmunización. De modo que si uno viaja, por turismo, por familia, por trabajo o por salud sabe que al regreso deberá aislarse.
Pero hay excepciones, siempre las hay, por ejemplo según el decreto: "los funcionarios públicos que regresen de viajes al exterior como integrantes de delegaciones oficiales".
Como Sergio Massa, que volvió de USA el fin de semana y se paseó en actos políticos al día siguiente en la provincia de Buenos Aires.
Pregunta: si cualquier persona que ingresa al país debe aislarse para no diseminar el virus, ¿los funcionarios no son personas? ¿Por ser funcionarios son inmunes, no pueden ser portadores? ¿el virus está informado de que son funcionarios y los evita? ¿O tal vez el virus está programado para no molestar a los funcionarios y dedicarse a las personas sin fueros que viajan en el mismo avión?
El concepto de privilegios, de casta superior, está tan instalado que ya ni siquiera nos sorprende. los funcionarios no solo se perciben privilegiados, además lo convierten en decreto y lo imponen a toda la población. A todas las personas, a los pobres seres humanos que solo tienen el privilegio de votarlos a ellos para que puedan viajar sin la molestia de tener que encerrarse a la vuelta.
Por Miguel Clariá.