Relato del odio

Opinión

Relato del odio

06/09/2022 | 11:11 |  

El discurso contra el odio está recargado de odio.

No es un juego de palabras. Más, no es un juego. Es un desafío individual y colectivo. Individual, para cada uno que quiera mirar para adentro, colectivo para una sociedad muy lastimada por el rencor y las agresiones.

Hay una batalla cultural en desarrollo para convertir en odiador a todo el que no se identifique con el actual oficialismo.

También la derecha como calificativo complementario. De tal modo, quien no sea devoto, más, fanático del dogma kirchnerista, es un odiador de ultraderecha.

Si se lo repite con suficiente frecuencia se convertirá en una verdad indiscutible. En un dogma. Lo que no admite discusión.

Según ese relato de un lado está el pueblo, los buenos. Del otro la ultraderecha, los odiadores.

No es muy original, lo hicieron y lo hacen regímenes autoritarios autopercibidos progresistas. Venezuela lo convirtió primero en dogma de fe chavista y luego directamente en ley. El disenso se convirtió en odio y en delito. El que no adhiere al chavismo ya no es un disidente, es un odiador. O sea un delincuente que puede y debe ser encarcelado.

Un enemigo del pueblo.

El sencillo truco detrás de ese relato es tener la sartén por el mango para decidir entre dos discursos agresivos cual es un mensaje de odio y cual es una proclama revolucionaria. Pasaba con las bombas, las había buenas y malas según quien la ponía y quien era la víctima.

Todas las religiones proclaman el amor para enfrentar al odio. En el cristianismo, San Francisco de Asís, el poverello, lo ponía en términos que han trascendido a los siglos: Donde haya odio que yo ponga amor, donde haya guerra, ponga paz, donde haya ofensa ponga yo perdón.

Si lo dice San Francisco de Asís que amaba a los pobres, a las plantas y los animales más que a sí mismo, que no era dueño ni de sus sandalias, le creemos. No es tan fácil creerlo cuando lo dice algún caníbal en combate contra el canibalismo, alguno de los que construyen desde el odio el relato contra los odiadores.

Por Miguel Clariá.