Una visita imperdible
02/02/2022 | 08:42 | La ONG Proyecto Carayá está en La Cumbre y se dedica a rehabilitar ejemplares que vivían en cautiverio. Se hacen visitas guiadas por el predio, donde se puede ver a los primates en libertad.
Por Agustina Airut
Fotos Carola Cinto
A 7 km del centro de La Cumbre, alejado de los ruidos citadinos y escondido en la calma de los valles, se encuentra el Refugio Carayá. Se trata de una ONG comandada por Alejandra Juárez que, hace 27 años, se dedica a rescatar primates en cautiverio para rehabilitarlos y “que vuelvan a ser monos”, tal como lo explica Juan Pablo, guía del lugar.
La llegada al predio inicia con el encuentro con uno de los voluntarios de la ONG, que se toma unos minutos para explicar minuciosamente cómo será el paseo. En primer lugar, remarcará el uso obligatorio del barbijo durante toda la visita para evitar el contagio de enfermedades que podrían transmitirse a los animales y resultar letales, tales como el COVID o el herpes. Además, comenta que está prohibido acercarse a los monos o darles de comer.
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Luego, se atraviesa la tranquera que da la bienvenida a este santuario de 300 hectáreas donde la naturaleza es la principal protagonista. En el lugar hay casi 200 ejemplares de monos Capuchinos y Carayá que llegan al refugio, ya sea por donaciones espontáneas o bien por causas judiciales.
"Las familias adquieren monos ilegalmente como mascotas y después de un tiempo, el mono se vuelve insostenible, empieza a tener actitudes propias del animal. Entonces las familias se acercan y lo dejan acá porque ya no pueden tenerlo”, explica Juan Pablo.
Los monos Carayá y Capuchinos no son autóctonos. Los primeros son propios de la región noreste del país, y los segundos del norte. Los voluntarios se encargan de recabar toda la información posible acerca de cómo vivía el animal en cautiverio para, a partir de allí, comenzar el trabajo de rehabilitación. La adaptación dura entre un mes y un año. Le devuelven al mono su vida de mono, y además, les brindan una alimentación adecuada y balanceada. Tanto la adaptación como la rehabilitación dependen de la personalidad y la historia personal de cada ejemplar.
Es un verdadero espectáculo ver a los monos interactuando entre si y con los voluntarios. Andan libres por el refugio. Solo vasta levantar la mirada hacia la copa de un árbol para verlos jugar libremente. También se los ve correteando por el predio, siempre en grupos. No hacen daño ni molestan a los visitantes. Sólo se acercan a los guías para pedir comida.
Actualmente hay 10 grupos de primates, pero sólo 3 de ellos son visibles al público. El resto podrá ser visto una vez que su rehabilitación esté mas avanzada.
En el lugar trabajan 13 voluntarios. Este número varía según la época del año. Son estudiantes de zoología, guardaparque, biología y carreras afines. No trabajan solo con primates, en el refugio también hay vizcachas, pumas, perros y hasta un gato montés. Un verdadero santuario en el que lo más importante es el respeto por la naturaleza y la rehabilitación de los animales que llegan.
Existe un proyecto a futuro para poder reinsertar a los monos ya rehabilitados a su hábitat natural.
La visita dura 45 minutos aproximadamente. No hay sistema de turnos, es por orden de llegada y los grupos de van armando cada hora aproximadamente, según la cantidad de gente que se vaya agolpando en la tranquera.
El costo de las entradas es de $300 para menores de 3 a 9 años y de $600 para mayores de 10 años (precios actualizados a febrero 2022). Refugio Carayá está abierto todos los días de 10:30 a 18:30.
Cómo llegar
El Refugio se encuentra a 11 km de La Cumbre. Para llegar, hay que tomar la ruta provincial E66. Es un camino de tierra en buen estado.
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