Crisis social y vacío de poder en el Perú

 - Perú es un país hermano y nos conmueve lo que está pasando. Y al mismo tiempo nos tiene que llamar a la reflexión porque muchas veces votamos enojados. Votamos candidatos que nos prometen cambiar todo, que vienen desde afuera de un entorno político caracterizado muchas veces por falta de transparencia, por escándalos, por ineptos. Y creemos que la solución es buscar a alguien que venga de otro lado.

-La gente sin experiencia, tal vez con muy buenas intenciones, pero sin conocimiento de las cuestiones básicas, termina generando muchas veces más problemas que soluciones. Es lo que está pasando en el Perú, con un presidente que está muy debilitado, apenas a ocho meses de haber asumido, con incertidumbre respecto de su continuidad.

- Ocurrió con Fujimori ,viene con embates, con presidentes que se debilitan muy rápidamente. Casi toda la clase política quedó, digamos, muy intoxicada de sospechas de corrupción. Tuvieron cinco presidentes en menos de cinco años. Tres congresos distintos y bueno, Castillo es la consecuencia de esto.

-Fíjate en lo malo de lo bueno. Fue buenísimo, que los países puedan investigar la corrupción y que puedan avanzar, incluso destituir a autoridades. Lo malo es que te queda un vacío político que muchas veces se ha llenado por gente sin experiencia, que comete errores muy infantiles y que termina profundizando los problemas que supuestamente había llegado para solucionar. Fue un milagro que llegara a la presidencia.

- El presidente Castillo se siente incómodo en el palacio gubernamental porque extraña vivir en el campo,extraña tener la amplitud de su visión. No salía de su pequeña casita, tan humilde, extraña la vida cotidiana. El pobre hombre no estaba preparado para ser presidente .

-Muchos colegas míos estaban entusiasmados con esta figura que venía obviamente del Perú profundo. Y tenían la intención, en muchas veces, de generar un cambio, yo diría con honestidad, pero muchas veces al marketing político termina profundizando los problemas también. Muchas veces los consultores políticos meten la pata. Quieren ganar la elección independientemente de las chances del candidato.