Gobernadores fuertes, presidente débil

 -Las elecciones muestran a gobernadores muy fuertes que no solamente ganan elecciones, sino que algunos se proyectan a nivel nacional.Y tienen, digamos, la vocación y los recursos como para dar una batalla más grande que la de sus distritos de origen.

-Mandatarios que están pasando a nivel provincial por un buen momento. Y también las encuestas lo ponen de manifiesto. Por ejemplo, el propio Bordet en Entre Ríos, pero en general uno ve gobernadores que se proyectan

-Curiosamente todo contrasta con la situación del presidente de la Nación, cuyo papel incluso antes, por supuesto, de su decisión de bajarse de la reelección se veía muy disminuido y sobre todo cuando uno mira no solamente lo político, lo simbólico, sino también la parte fiscal.

- Bueno, uno ve a un estado nacional recontra fundido, mendigando justamente en el mundo, solicitando ayuda humanitaria. Y por otro lado, hay gobernadores que en la mayoría de los casos está pasando por una particular situación fiscal

-Ambas cosas están bastante correlacionadas. Un presidente débil necesita más dinero para conseguir el consenso. Aquí hay un juego de suma cero, la fortaleza de alguno de los gobernadores, en todo caso, es relativa y transitoria, con el agregado de que cada uno de los gobernadores, los que han logrado sus reelecciones, ninguno dejó de reclamar al Estado nacional por mayor equidad en la distribución de los recursos.

- A pesar de este dato indiscutible de que las finanzas de la provincia están mejor que las de la nación casi es una práctica. Yo entiendo y es cierto que muchas provincias tienen reclamos justos. Esto es un dato de la realidad. Las provincias no han hecho un esfuerzo fiscal como el que requiere el país para salir de esta situación tan absurda y la Nación no tiene otra manera de gastar más para conseguir el consenso mínimo. Esas son las consecuencias que tenemos hoy a nivel nacional. Un país a la deriva quebrado, con provincias relativamente mejor.