Mike Tyson es uno de los pesados más recordados de la historia.

La vida en un ring

Mike Tyson, “la bestia de acero” que nunca calmó su furia

16/11/2024 | 08:00

Fue la mayor figura del boxeo de los 90. Imbatible, batió récords de ventas en Las Vegas, tuvo problemas con la ley, sufrió la bancarrota y cada vez que aparece su nombre está en todas partes.

Redacción Cadena 3

Martín Bonansea

Mike Tyson estaba parado nuevamente en un escenario de Las Vegas colmado. Además de las miles de personas que estaban en el Madison Square Garden, había millones de ojos en el mundo que observaban esa esperada revancha con Evander Real Deal Holyfield. Era el 28 de junio de 1997, en una velada denominada “The Sound and the Fury” (El sonido y la furia).

“Iron” Mike no estaba acostumbrado a perder y Holyfield lo había noqueado en su encuentro previo. Para Mike el boxeo nunca fue un deporte, él mismo afirmó que “lo quería matar”. En el primer y segundo asalto Holyfield fue sancionado por reiterados cabezazos, eso fue suficiente para que la ira de Mike, el hombre que nació en los suburbios neoyorquinos sin otra opción que pelear para sobrevivir, desatara toda su locura.

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Faltaban 10 segundos para finalizar el tercer round y el planeta vio a través de las cámaras de televisión cómo Mike Tyson mordía deliberadamente la oreja de Evander Holyfield. Todos los hogares se paralizaron cuando las imágenes se repetían una y otra vez: la leyenda de los pesados escupía un pedazo de cartílago de dos centímetros en el medio del ring. Era un fragmento de la oreja de su rival.

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Una infancia salvaje

Mike Tyson nació en 1966 en Brownsville, parte del reconocido y difícil Brooklyn de Estados Unidos. Nunca conoció a su padre y su padrastro lo abandonó a temprana edad. Su madre Lorna Mae Smith fue quien sostuvo a sus tres hijos. Cuando el pequeño Mike tenía 7 años, Lorna perdió su trabajo y comenzaron a vivir en edificios abandonados, sin luz, sin agua y sin ningún tipo de calefacción. El hambre y el frío comenzaron a ser parte de la vida de los Tyson.

En la escuela lo molestaban por estar siempre con su hermana y en ese momento tomó afición por las palomas, posiblemente por sus ganas de escapar de ese “infierno”. Cuando Mike tenía 11 años ya peleaba en la calle por dinero y a los 13 años, la policía ya lo había detenido 38 veces.

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En uno de los tantos centros juveniles que lo alojaron, Mike le pegó a otro interno y en la celda de castigo conoció a Bobby Stewart, un ex boxeador profesional. Bobby lo comenzó a entrenar y luego le presentaría al hombre con el que formarían una leyenda del boxeo mundial: Cus D’Amato.

El despertar de la bestia

Mike Tyson salió en libertad condicional y D´Amato se hizo cargo de su tutela. El experimentado entrenador vio el potencial que tenía el joven peleador y puso a su disposición toda su energía y contrató a los mejores sparrings.

Como amateur, Tyson, se adjudicó los Guantes de Oro, pero desde ese momento ya comenzó a tener problemas legales con acusaciones de abuso. El talento de Tyson dentro del ring contrarrestaba con sus actitudes en la vida, donde sus acciones se tornaban oscuras.

Mike Tyson no era un gigante en su categoría, su altura era promedio y su peso variaba entre 97 y 120 kilos. Lo destacaba una potente pegada y una velocidad pocas veces vista en los boxeadores de su talla. El plus de Tyson era su agresividad, tenía una obsesión por “destruir” a sus rivales, los veía como enemigos y subía al ring a combatir una guerra.

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En sus primeros dos años como profesional ganó 28 peleas, de las cuales 26 fueron por nocaut. Muchos de esos finales entre el primero y el segundo round. Una “máquina” de golpear. Fue así como Mike “Iron” Tyson se convirtió en el campeón indiscutido de los pesados.

Mike Tyson fue un ícono mundial. Era un símbolo, no solo de los pesados, sino del boxeo en todo el planeta. Bajo el manto de Don King generó miles de millones, de los cuales muchos se quedó su manager y otros tantos los dilapidó con sus problemas legales y de adicciones.

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Fue preso seis años acusado de violación y sin bien volvió a boxear, su decadencia fue notoria y crecía. Era un atleta privilegiado que todos necesitaban para seguir generando fortunas, pero Tyson se encargaba de arruinar su carrera en las noches con drogas y alcohol.

Tuvo su última oportunidad para obtener el título mundial frente a Lennox Lewis, con quien había compartido gimnasio en sus comienzos con Cus D´Amato en 1984. Tyson encendió la expectativa con sus declaraciones. “Quiero tu corazón, quiero comerme a tus niños”, lo habría provocado. Generó tanta antipatía en su rival que en una rueda de prensa promocionando su pelea, provocaron un disturbio y Mike perdió su licencia.

Pasaron los meses y la presión de la televisión y el dinero invertido en el evento devolvieron la licencia. En junio de 2002 se enfrentaron en el “Pyramid Arena” de Memphis. Lewis demostró estar mejor entrenado y noqueó a Tyson en el octavo asalto. Fue el evento más vendido en la historia del pay – per view y la ganancia fue de 107 millones de dólares. A pesar de numerosas ofertas para una revancha, Mike Tyson no quiso enfrentar nuevamente a Lewis, reconoció públicamente que no podía ganarle. El rey de la selva dejaba su corona.

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Un retiro anunciado

Mike Tyson perdió su última pelea ante el irlandés Kevin McBride, el 11 de junio de 2005. Estaba en un evidente mal estado físico. Tras perder tres veces en sus últimos cuatro combates, “Iron” anunció su retiro de los cuadriláteros después de veinte años de actividad.

El ex campeón, desesperado por dinero, comenzó a aparecer en todos los circos mediáticos a los que lo invitaban. Fue así que fue árbitro en la popular “WrestleManía” de la WWF (Lucha libre), también participó como invitado en eventos de Artes Marciales organizados por la empresa K-1.

Su imagen fue explotada en participaciones de películas de Hollywood, algunas de clase B. Se lo pudo ver en formatos de realities como “Dancing with the stars” (Bailando con las estrellas) e incluso estuvo en Argentina y participó en la pista del “Bailando por un sueño” de Marcelo Tinelli.

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En la actualidad, Mike Tyson sigue realizando exhibiciones de boxeo. Este viernes, con 58 años, se realizó una exhibición profesional en Texas, frente a un influencer devenido en boxeador, Jake Paul, con una transmisión mundial a través del streaming. 

Su nombre sigue vendiendo entradas y son las plataformas quienes se disputan su imagen. Es la sombra de “La Bestia”, pero su rostro recuerda un momento de oro del boxeo mundial y toda una generación de peleadores y aficionados creció viendo los combates de “Iron”.

Tuvo un récord de 50 victorias sobre 56 peleas y ganó 44 veces por nocaut. Mike se ganó un lugar en el podio del pugilato, pero el final no fue de gloria. El propio Tyson con sus acciones y adicciones se encargó de sepultar su legado. El boxeo lo extraña y espía por la ventana las locuras que sigue cometiendo el que, tal vez, fue uno de los mejores boxeadores de la historia.

Informe de Martín Bonansea.

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