Dólar con tapón
04/12/2019 | 14:08 | El momento de la verdad, nunca es agradable. Y le va a tocar a Alberto Fernández lidiar con esa herencia que le deja Macri, igual que a Macri le tocó heredar el cepo de Cristina.
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Argentina está sentada sobre un volcán dormido. El cepo ayudó a enfriar momentáneamente un terreno caliente. Pero, igual que sucedió con Cristina Fernández, forma parte de una herencia difícil que dejará Macri. El cepo de Cristina fue muchísimo más largo. El de Macri, mucho más profundo.
Apenas un ejemplo: cuenta hoy Leandro Gabin en El Cronista Comercial que hay una docena de fondos de inversión internacionales que invirtieron en bonos en pesos por los que han venido cobrando intereses y amortizaciones. Pero están atrapados en el cepo. No pueden comprar dólares y girar todo o una parte a sus ahorristas en el exterior, como sucede en cualquier país común y silvestre. Tienen acumulados el equivalente a nada menos que 10 mil millones de dólares. En algún momento la economía argentina va a tener que ser capaz de generar esos dólares para que se normalicen las cosas.
Pero, al mismo tiempo, el cepo genera un efecto pernicioso. Como nadie puede comprar dólares oficiales, su valor oficial cae artificialmente, aunque no nos demos cuenta. Hoy, el dólar mayorista cuesta casi 9 pesos menos que el dólar blue. Y eso desalienta exportaciones y alienta importaciones. Sobre todo porque, además, muchos países han devaluado. Por eso, por ejemplo, los precios de la electrónica en Chile vuelven a estar 30% más barato. No volvió la fiebre de 2017, pero los mendocinos ya se empiezan a cruzarse de nuevo. O sea que el cepo impide que al menos aprovechemos la ventaja de estas megadevaluaciones para exportar más e importar menos, que sería la forma de conseguir los dólares que nos faltan.
El cepo es una fantasía. Nos hace creer que es barato algo que ni siquiera tenemos. Por eso su destino es cerrarse cada vez más, hasta que ya no se puedan hacer operaciones elementales, al borde de la legalidad y de la viabilidad económica. Ese momento de la verdad, nunca es agradable. Y le va a tocar a Alberto Fernández lidiar con esa herencia que le deja Macri, igual que a Macri le tocó heredar el cepo de Cristina. Las ruinas circulares de la Argentina son siempre los restos de un cepo.