Ciudad de Córdoba
05/02/2020 | 11:22 | En Córdoba se pone como excusa la "equidad". Pero para eso ya se paga Ganancias y Bienes Personales. Las tasas no responden a un servicio. Se desvirtúan gravámenes. Y se inventan otros, carísimos.
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La Municipalidad de Córdoba está desesperada por plata. Como todos los gobiernos. Y está subiendo impuestos. Pero además a tontas y a locas, sin ningún tipo de criterio.
Un ejemplo. La excusa que pone el municipio para clavar aumentos de hasta 68% a uno de cada cuatro inmuebles de la capital es la equidad. Sus funcionarios dicen que hicieron un “enorme esfuerzo” para “proteger” a los dueños de inmuebles más baratos. Por empezar esto es relativo, porque incluso esos contribuyentes pueden llegar a pagar aumentos de más de 40%. Y hay quienes van a tener que pagar la suba de 68% y no son ricos, es más, son inquilinos.
El problema es grave: el rol del municipio no es solucionar las injusticias divinas. Para resolver las cuestiones de equidad ya pagamos el impuesto a las Ganancias y el impuesto a los bienes personales. Los municipios, constitucionalmente, sólo pueden cobrar por servicios que prestan. Por ejemplo, por barrer los 10 metros de frente de una casa, no importa si la casa es cara o barata. Limpiar cuesta lo mismo. Si no, a cualquiera que progresa y valoriza la ciudad mejorando su inmueble lo castigan por “rico” tanto la Nación, la Provincia y el municipio, en todos los impuestos.
¿Qué quieren? ¿Que se terminen construyendo sólo chozas en una ciudad que ya está pauperizada? La tasa inmobiliaria no es un impuesto diseñado para resolver la desigualdad social. Cuando se la usa como una excusa demagógica para justificar desastres fiscales sólo termina promoviendo la pobreza general.
Otro ejemplo. Parte del aumento inmobiliario es porque ahora a los inmuebles más valiosos se les aplica una sobretasa (a la que también se la decora con el nombre de solidario) que era solo para los baldíos. La desesperación por cobrar lleva al municipio a distorsionar los tributos. Esa sobretasa era para desestimular que queden baldíos durante décadas. Pero ahora parece que entonces la muní también quiere desalentar la construcción de inmuebles de calidad.
Otro ejemplo. El invento de impuestos. La Muni ya cobraba tasas por distintos trámites que se hacen cuando se transfiere un inmueble. Pero ahora le clavó otra nueva al mero cambio de titularidad, incluso si no es a título oneroso.
Por hacer eso la Muni este año se va a llevar el 0,5% del valor del inmueble. Hay que pagarle a la Intendencia para que ella escriba el nombre del contribuyente al que luego tiene que ir a cobrarle el resto de los impuestos. Alucinante. Y por supuesto ese porcentaje es mayor cuanto mayor sea el inmueble. Por la equidad y toda esa letanía reiterada. Aunque el trámite sea el mismo, lleve el mismo tiempo y haya que gastar la misma cantidad de tinta para anotar una casa más cara o una más barata.
Mientras tanto, los servicios municipales siguen siendo lastimeros como siempre. Porque toda la plata se sigue yendo a los sueldos del Suoem y a servicios carísimos como el de la basura o el transporte público. Esa es la única razón de estos impuestazos.
En diciembre, el sueldo bruto promedio de los empleados municipales fue de 133 mil pesos, según la Caja de Jubilaciones. En noviembre, el salario privado bruto en blanco promedio en todo el país fue de $51.162 según el Ministerio de Trabajo de la Nación.
Los salarios de la Municipalidad fueron los únicos en Córdoba que estuvieron atados por completo a la inflación, y que acumularon una suba de 52% en el año, un privilegio que no han tenido los vecinos cordobeses, que van a volver a pagar este año más impuestos que el año pasado, como sucede desde hace tanto tiempo, sin que los servicios que reciben de la ciudad hayan dejado de empeorar.