La quinta pata del gato
15/04/2021 | 12:38 | La Constitución 1 obliga a Fernández a decretar medidas que desea Kicillof. La 2 permite imponer esas medidas a Larreta. La 3 habilita aceitar con plata a las demás provincias para que hagan lo mismo.
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Desde los anuncios que hizo el presidente anoche, la Argentina ya no vive en un país federal en el que la misma norma rige para todas las provincias y la Ciudad de Buenos Aires. Ahora hay tres constituciones distintas.
Una constitución rige la relación entre la Nación y la Provincia de Buenos Aires. Allí gobierna un minigobernador, Axel Kicillof, que ya no podía gobernar si el presidente Fernández no le financia, con plata de todos, los colectivos, los trenes, el gas, la luz, el agua, la seguridad y la salud, entre tantas otras cosas. Kicillof no se hace cargo ni de la mitad de las cosas de las que se hacen cargo el resto de los gobernadores. Por eso le decimos el minigobernador. Pero ahora tampoco se hace cargo del toque de queda y del cierre de escuelas que él impulsa. Cristina Fernández lo protege y le hace pagar el costo político de la decisión a Alberto. En lo que concierne a Buenos Aires, Alberto se transforma en un minipresidente que obedece los deseos de un minigobernador. Esa es la Constitución1.
Otra constitución, la 2, rige las relaciones entre la Nación y la Ciudad de Buenos Aires. Allí, para que Rodríguez Larreta no se pueda diferenciar y pague los mismos costos que Kicillof, Fernández le impone el toque de queda y el cierre de escuelas al jefe de la ciudad. La tremenda pobreza conceptual de Alberto Fernández le impidió ayer dar un mínimo argumento. Se limitó a afirmar que la Policía Federal va a hacer cumplir sus órdenes en la Capital. ¿Con qué fundamento? “La ciudad de Buenos Aires es la capital de todos los argentinos”, dijo el presidente. Alberto será profesor de derecho, pero se ve que nunca leyó la Constitución del 94.
Finalmente, rige otra constitución, la 3, con el resto de las provincias. A esos gobernadores el Poder Ejecutivo nacional no los obedece, como a Kicillof, ni les impone, como a Larreta. El presidente y esos gobernadores serían recíprocamente autónomos. Por eso les pidió que adhieran a las mismas medidas. Después los tentó con “coimearlos”, con más subsidios para sus votantes. O sea que él considera que cerrar las escuelas, por ejemplo, también son necesarias en el resto de las provincias, pero allí cerrarlas es atribución de los gobernadores. Si es así, ¿por qué Kicillof no cerró él sus escuelas y listo? ¿Y por qué le imponen el cierre a Larreta si Larreta no quiere cerrarlas? Bueno, porque Alberto acaba de inaugurar tres constituciones.
Todo este descalabro institucional -que se suma al que viene provocando desde hace un año Alberto, a fuerza de DNU y leyes de emergencia- quedaría en evidencia si, por alguna razón Kicillof, Rodríguez Larreta y algún otro gobernador acudieran a la Corte Suprema. ¿Cómo fallaría la Corte? ¿Cuál de las tres constituciones de Alberto es la que rige? Recién ahí podríamos saber qué tercio de lo que decretó Alberto anoche es constitucional y cuáles son los dos tercios que son inconstitucionales. Porque las tres cosas no pueden ser constitucionales al mismo tiempo.