La quinta pata del gato
02/04/2021 | 12:32 | Es difícil imaginar a Macron reconociendo ante una cámara que él encubre a empleados públicos cuando salen a vender droga en ambulancias, como le pasó a Mario Ishii. Pero si Alberto lo dice...
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Es difícil imaginar a Angela Merkel, la canciller alemana, preocupada por la vacunación VIP de una militante a sueldo de 18 años, como le pasó a Jorge Ferraresi, intendente de Avellaneda y hoy ministro. Es difícil imaginar a Emmanuel Macron, presidente de Francia, reconociendo ante una cámara oculta que él encubre a empleados del estado francés cuando salen a vender droga en ambulancias públicas, como le pasó a Mario Ishii, intendente de José C. Paz.
Sin embargo, eso que nos resulta difícil de imaginar a todos, al presidente Alberto Fernández le resulta muy fácil. Ayer dijo, el presidente, que cuando él habla con los líderes europeos le parece estar hablando con los intendentes del conurbano bonaerense.
El presidente se estaba refiriendo al desafío de la pandemia y a las dificultades para conseguir vacunas. Curiosamente, el desafío de conseguir vacunas no es algo que tengan que afrontar los intendentes. Es una función que de hecho ha quedado reservada al gobierno nacional.
Lo de los intendentes del conurbano pasa más bien por conseguir fondos extraordinarios de la Nación a cambio de los votos de sus punteros. Como los otros días, en que los barones levantaron la mano en la Casa Rosada para suspender las Paso a cambio del privilegio de repartir 5.000 millones de pesos que el resto de los intendentes del país ven con la ñata contra el vidrio.
Es difícil imaginar al primer ministro sueco Stefan Lofven, a su colega español Pedro Sánchez o al polaco Mateo Morawiecki garroneándole trenes y bondis, luz y agua, gas y cloacas, todo casi gratis, al presidente de la Unión Europea.
Pero Alberto Fernández es un líder y, se sabe, los líderes existen justamente para ver lo que los mortales no alcanzamos a ver. Deberíamos creer en él.
Lo que pasa es que uno como argentino tiene derecho a tener dudas sobre las visiones de sus líderes. No sea cosa que nos pase como aquella vez en que otro Fernández, pero también K, Aníbal Fernández, nos decía, en pleno gobierno de Cristina, que Argentina tenía menos pobres que Alemania ¿se acuerdan?
Por suerte, esa duda ha quedado despejada. Tomó su tiempo, hubo que recuperar el Indec y dejar de inventar las estadísticas. Gracias a eso ya sabemos que la pobreza en el conurbano es del 51%. Mientras, en Alemania, la pobreza es menor al 17% y eso se refiere a gente que no tiene auto, no puede tomarse vacaciones o no va al cine, un concepto de pobreza un poquito distinto al de Argentina. Es difícil imaginar a Merkel reinando tan tranquila sobre un 51% de pobreza, como la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza. Pero… si el presidente Alberto Fernández dice que sus problemas son los mismos… habrá que creerle, hasta que la realidad reviente.