Esta nota no habla del coronavirus (Por Adrián Simioni)

Energía

Esta nota no habla del coronavirus

19/05/2020 | 14:17 | Volvemos a pagar petróleo caro a los desmesurados emiratos patagónicos. ¿Para cuándo la libertad de importar o de usar todo el biodiesel y el etanol que se nos ocurra?

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El gobierno acaba de reinstaurar por decreto el barril criollo. Se renueva así otro costoso privilegio patagónico.

Qué quiere decir. Que aunque el precio internacional del petróleo está en 35 dólares, la Nación estableció, por decreto, que en Argentina ese precio sea de 45 dólares. La medida tiene un solo fin: hacer que el porcentaje de regalías y otros impuestos que cobran provincias y municipios patagónicos sobre el crudo -y que terminan impactando en el surtidor- se calculen sobre 45 dólares y no sobre el precio real de mercado que transen petroleras, refinadoras y compradores de otros países.

El resto de los argentinos somos consumidores bobos, cautivos de un producto artificialmente caro. Y nunca nos preguntan nada. Cuando el petróleo internacional cae, a los señores hay que pagarles un precio mínimo, como ahora, porque los gobernadores no quieren rebajar regalías ni ingresos brutos; los intendentes, tasas municipales; y los sindicatos petroleros, salarios (los más altos de todo el país, por lejos). Y las petroleras, dicen, no tienen la competitividad suficiente para operar a precios tan bajos.

Cuando el petróleo internacional se encarece, también hay que aceptar mayores precios en el surtidor -o pagarles subsidios inviables al gas y al crudo a través del Estado- porque gobernadores, intendentes y sindicatos que querían los 20 ahora quieren la chancha también. Y las petroleras dicen que no tienen incentivo para invertir acá, a un valor deprimido, y prefieren invertir en otros países donde cobran el precio pleno del barril.

Los distritos consumidores, sobre todo la región central donde la agroindustria es la gran consumidora de gasoil y carga con los costos, jamás dicen nada. Como si no fuera tema de ellos. Silencio de Schiaretti, silencio de Perotti, silencio de Kicillof. Silencio de nuestros legisladores.

La verdad, es ridículo. Si los precios van a estar fijados políticamente, entonces los consumidores deberíamos estar sentados a la mesa. Y exigirles a los emiratos patagónicos que inviertan de una buena vez las fortunas que les pagamos de más desde hace tanto en la infraestructura que necesitan para ser competitivos, exportar y conseguir la escala que la raquítica industria petrolera jamás consigue. Exigirles que dejen de quemar esas fortunas que pagamos en los aparatos clientelares desmesurados de sus provincias. Sin eso, la energía argentina va ser siempre cara e ineficiente.

Y, si no aceptan dejar de desperdiciar esa fortuna, entonces hay que dejar que los patagónicos hagan lo que quieran con su petróleo y su gas, pero que a nosotros dejen de tenernos cautivos. Que podamos importar libremente los combustibles y llenar los tanques con el porcentaje de biodiesel o etanol que se nos cante. Ahí tienen un temazo, legisladores, que, por fin, no tiene nada que ver con el coronavirus.