La quinta pata del gato
15/10/2020 | 17:04 | El gobierno planea desenganchar las jubilaciones de la inflación y atarlas a los salarios. Otra vuelta un sistema con 18 millones de beneficios y 6 millones de aportantes.
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Es prácticamente un hecho que las jubilaciones van a quedar desconectadas de la inflación. Eso establece la nueva fórmula de movilidad elaborada por el Gobierno. En lugar de estar atadas a los precios y a los salarios, como era con Macri, van a estar atadas a los salarios y a lo que pueda recaudar la Anses.
Es una información todavía extraoficial pero que el gobierno ha ido dejando trascender para preparar la escena. Va a ser un trago amargo difícil de pasar.
Hoy, el periodista Ismael Bermúdez le suma un dato clave al tema en Clarín: en diciembre habrá un último aumento por decreto y en marzo se aplicaría el primer aumento con la nueva fórmula. En ese mes, las jubilaciones subirán lo que hayan subido los sueldos y la recaudación de la Anses en octubre, noviembre y diciembre de ahora, de este año.
Esto, ya se sabe, no influirá sólo en los haberes jubilatorios sino en la AUH y otros planes que administra la Anses. En total, son 18 millones de beneficios que cada mes paga el Estado, que tienen que salir de una economía que tiene menos de 6 millones de empleados privados en blanco aportando para pagar todo eso (sí, también hay empleados públicos que aportan, pero sus aportes son una tautología: salen del mismo Estado que les paga el sueldo y... los aportes).
Es previsible el conflicto que se viene.
Desde 2015 al primer semestre de este año, la jubilación mínima perdió 12% de su poder de compra según el centro de estudios Cepa. Las jubilaciones más altas perdieron más todavía en este año en los aumentos por decreto.
Ahora, claro, aunque nada es seguro, lo previsible es que las jubilaciones vuelvan a perder, al menos en relación a la inflación.
¿Por qué? Y, bueno, porque el gobierno va a terminar el año emitiendo casi 2 billones de pesos para cubrir el gasto público. Todos los expertos dicen que eso, tarde o temprando, provocará más inflación de la que hay. Dicen que hasta ahora eso no se volcó totalmente a los precios por la brutal recesión que hay. Pero que en cuanto la economía se reactive, vamos a ver aumentos de precios. ¿Y cuándo va a ir sucediendo eso? Y… probablemente en los próximos meses, a lo largo del año que viene. O sea, la inflación probablemente subirá más de lo que está subiendo, pero las jubilaciones se van a aumentar por decreto en diciembre y después no lo harán según lo que pase en la góndola, justo cuando, probablemente, la inflación esté picando en punta.
En lugar de ajustarse por los precios, se van a ajustar por los salarios. ¿Podría darse el caso de que los salarios le ganen a la inflación y, por ende, las jubilaciones le ganaran a la inflación?
En principio, parece muy difícil. Con miles de empresas quebradas y alto desempleo, la perspectiva para los sueldos no parece buena.
Sin embargo, hay que tener en cuenta una cosa: si a los jubilados les parece que sus jubilaciones perdieron poder de compra este año pregúntenle a su cuñado cómo le fue con su salario. A los trabajadores les fue muchísimo peor que a los jubilados, porque los que no perdieron su empleo (o sea pasaron a cobrar cero) no tuvieron aumentos de ningún tipo y los que tuvieron mejoras seguramente recibieron una suba muy inferior a las tres mejoras por decreto que ya tuvieron este año los jubilados.
¿Qué quiero decir? Bueno, que los salarios vienen corriendo desde atrás desde hace ya bastante tiempo. Es difícil que puedan seguir permanentemente con semejante retraso.
Para el gobierno es prácticamente inevitable la necesidad de pisar el gasto jubilatorio. Para bajar la inflación, tiene que dejar de emitir. Para dejar de emitir, tiene que bajar el gasto. Y es casi imposible bajar el gasto sin recortar la Anses.
Por ahora, las conclusiones no son definitivas. Es casi seguro que las jubilaciones van a perder con la nueva fórmula, al menos al inicio de su aplicación. Lo que no está claro es cuánto.