Telecomunicaciones
24/08/2020 | 12:49 | Según cable.co.uk Argentina es el país 17 con el precio más bajo para un paquete de banda ancha entre 2016 países. Y el puesto 62 entre 228 países para los datos móviles.
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El gobierno jura que la decisión de congelar los precios de los celulares, el cable e Internet y de transformar esos precios de mercado en tarifas controladas por el Estado, no tiene como objetivo que el grupo Clarín -vinculado a Telecom, Fibertel y Cablevisión- deje de criticar el intento de copar la Justicia para liquidar los juicios contra la corrupción.
Asegura que es para garantizar el acceso a Internet y al celular a costos accesibles.
Pero lo cierto es que los costos de esos servicios no parecen demasiado caros. En el Reino Unido hay una organización llamada cable.co.uk que nació hace 10 años para facilitar a los consumidores la comparación de precios de servicios de telecomunicaciones. Este año hizo dos estudios para comparar los precios de Internet y de datos móviles celulares entre cientos de países. Comparó precios máximos, mínimos y promedios en febrero. Y Argentina no sale mal parada.
Entre 206 países, Argentina ocupa el puesto 17 entre los países con el menor precio para un paquete de Internet banda ancha a través de líneas fijas. Es el país más barato de toda América. Comparte el renglón de los países más baratos con los asiáticos y los de Europa del Este. El costo promedio en febrero fue de 13,69 dólares al mes. En Brasil costaba 28,24 dólares. En Chile, 33,99.
Cuando se mira el precio de un gigabyte por celular, Argentina ocupa el puesto 62 entre 228 países medidos. Está entre los países más baratos de América junto a Chile, Brasil, Uruguay y Nicaragua. Los más baratos del mundo son asiáticos y algunos europeos. Acá el giga cuesta en promedio 1,45 dólares. En Brasil cuesta 1. En Chile, 70 centavos. En Canadá, 12,55.
Y eso que el informe toma en cuenta el tipo de cambio oficial. Si lo midiéramos al dólar turista, los precios argentinos serían aún más baratos que los de los otros países. Y ni hablar del blue.
Por supuesto, la comparación mundial de estos precios es muy compleja. Pero estos datos parciales parecen mostrar algo que se ve en casi todo el panorama nacional: el problema no es cuánto nos cuentan las cosas en dólares sino lo miserables que son nuestros ingresos en dólares dada nuestra pobrísima productividad como sociedad.