Inestabilidad cambiaria
15/04/2020 | 17:35 | Saltó el dólar. Si sigue la emisión, se puede recalentar la inflación. Y si la frenamos podemos agravar la recesión.
A poco de abrir los mercados en la mañana del miércoles algunos sitios de Internet de finanzas muestran que el valor del dólar que usan empresas y particulares para pasarse a dólares legalmente, siguen firmes, con subas de 2,5% respecto de ayer.
Ayer, el Banco Central se pegó un susto. Estas dos variantes, el llamado dólar contado con liquidación y el llamado dólar bolsa, llegaron a subir más de 10%.
¿Por qué hay presión sobre el dólar ahora? Varios motivos.
El más importante, es la enorme emisión de pesos que hizo el Banco Central para que el Estado siga gastando.
Además, el Banco Central venía bajando la tasa de interés e incentivando a los bancos para que les presten a las empresas para que éstas puedan pagar sueldos. Entonces los bancos dejaron de prestarle pesos al Central a través de las Leliq. Y muchos ahorristas empezaron a salirse de plazos fijos porque ahora cobran tasas de interés mucho más bajas que la inflación.
Conclusión: hay muchos más pesos en la calle. Y encima no se pueden usar, por la recesión y la cuarentena.
A eso se agregan otra incertidumbre: la negociación por la deuda argentina, que ahora entra en horas cruciales.
Con todo eso, muchos buscan dolarizarse. El tema es que esto cambia todo.
De hecho, ¿qué hizo ayer el gobierno para tratar de frenar al dólar?
Salió a hacer lo contrario de lo que venía haciendo. Por ejemplo, en lugar de seguir largando pesos de las Leliq para que los bancos se los presten a las empresas, sacó de la calle 180 mil millones de pesos.
¿Y eso contra qué conspira? Por ejemplo, contra la posibilidad de que las empresas consigan los préstamos que les prometieron.
Da la impresión de que ayer se terminó un mes de ilusión, en el que el gobierno emitía y no pasaba nada ni en las góndolas ni en las pizarras.
Ahora, si sigue la emisión, se puede azuzar el dólar y, en el fondo, la inflación. Y si no sigue la emisión podemos agravar la recesión. Una disyuntiva clásica, en un momento sin precedentes.