La quinta pata del gato
17/03/2021 | 11:56 | La pandemia y la crisis económica sirven de excusa para montar un esquema cada vez más centralista, estatista y policial. Y de cuarta.
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La pandemia y la crisis económica le están sirviendo de excusa a los sectores más extremistas, ideologizados y atrasados del gobierno kirchnerista para montar un esquema cada vez más centralista, estatista, policial y con visos de autoritarismo. Una Unión de Repúblicas Socialistas Argentinas, pero de cuarta.
La asfixia que se quiere provocar al sector privado es cada vez evidente. La misma Secretaría de Comercio Exterior que ha vaciado las góndolas a fuerza de controles de precios y aprietes piqueteros, lejos de corregir su fracaso, dobla la apuesta: quiere que las empresas privadas le informen precios, producción, ventas y provisión de insumos. Nadie sabe qué quieren vigilar desde esa torre de planillas de Excel, pero olvidate de que alguien arriesgue dos mangos.
Para lo que les sirve. Desde hace un año las empresas tienen que informar qué van importar. Se suponía que así los comisarios económicos iban “administrar los dólares”. Lo que lograron es que no se consigan gomas para los autos, componentes para las fábricas de maquinaria agrícola, insumos para las petroleras, motores para las automotrices y siguen las firmas. Las empresas tienen que conseguir un amparo judicial para poder importar.
Lo estatal, en cambio, es bendecido. A industrias alimentarias que ya están al borde de la quiebra les congelan los precios, las obligan a producir aunque pierdan y encima les suben impuestos. Pero si sos YPF la cosa cambia: podés subir los precios todo lo que quieras, te bajan impuestos y encima premian tu fracaso regalándote el 25% del mal llamado “impuesto a la riqueza” que le confiscás a los privados asfixiados.
La ineptitud soviética de los ñoquis a sueldo del Estado se nota en las góndolas raleadas de los súper: ¿no habían aprobado la ley de góndolas para hacerle lugar a los productos de las pseudocooperativas de Juan Grabois? ¿Qué esperan para demostrar que son capaces de hacer algo que no sea ordeñarle subsidios al Estado quebrado?
La deriva a la ineficiencia autoritaria no se ve sólo en la economía. Hay un salto cualitativo en muchos frentes. En los aeropuertos crece la tentación de los más autoritarios: impedir que viajes, construir murallas burocráticas con certificados sanitarios que después nadie lee, eliminar vuelos, cerrar fronteras terrestres. De paso no le pedís dólares al Banco Central. En Formosa la policía de un gobernador decide retener, demorar y seguir a diputados y senadores elegidos por el pueblo y a todos nos parece normal. El gobierno nacional incapaz de conseguir vacunas se niega a permitir que provincias y privados lo intenten con su propio dinero. No se cosa que se note más su fracaso. El gabinete de un presidente cada vez más formal es asediado por una facción decidida a liquidar la independencia del Poder Judicial para garantizar la impunidad de la jefa política de todos y todas.