El ajuste K
23/12/2019 | 13:50 | Tienen que dar aumentos que ordena el gobierno, despedir les cuesta el doble, afrontan más impuestos, si exportan las complica el dólar oficial y, encima, el gobierno quiere que congelen precios.
Las empresas argentinas van a necesitar mucho más que creatividad para zafar a corto plazo en el megajuste que está haciendo el kirchnerismo.
Por un lado, tienen que afrontar una nueva extravagancia que en cualquier otro país sería incomprensible: el gobierno decide aumentos salariales que tienen que pagar los privados, sin importar si pueden hacerlo o no, el tamaño de la empresa, si tienen sueldos altos o no. Contra todas las discurseadas oficiales, las más golpeadas van a ser las empresas de menos tecnología y que pagan sueldos más bajos. Proporcionalmente, son las que van a tener una mayor estampida de costos. Porque un aumento de 9.000 pesos sobre un sueldo de 45.000, es sólo un 20%. En cambio, sobre un sueldo de 25.000 es un 36%.
Pero, si están ahogadas, las empresas tampoco pueden despedir. Bah, pueden, pero tienen que pagar el doble de indemnización. Otra paliza.
La salida para las empresas podría ser la reactivación. El gobierno dice que el paquete va a dinamizar el consumo. En una de esas. Pero eso puede suceder sólo en algunos rubros. O demorar un tiempo. Al principio, el efecto recesivo combinado del impuestazo y del congelamiento de jubilaciones se impondrá sobre las medidas expansivas que contiene el paquete.
Por otro lado, las mismas empresas recibirán el impuestazo: impuesto al cheque extendido al efectivo, eliminación de la baja de aportes patronales y suba de Ingresos Brutos, entre otros.
Ni hablar del impacto en empresas exportadoras o en las que compiten con importados. Las que exportan van a tener que darle sus dólares al Banco Central a poco más de 59 pesos, mientras sus proveedores van a querer fijar sus precios al dólar Blue: 75 pesos. Al revés, los importadores van a poder comprar el dólar a 59 para pagar para pagar lo que traen de afuera, mientras quienes quieran producir lo mismo dentro del país van a tener muchos costos atados al blue.
A todo esto, encima, el gobierno quiere sentarlas en el acuerdo social para que juren que no van a subir sus precios. O sea, que renuncien a su última válvula de escape.
El ajuste K no trae soluciones fáciles. Al menos en esta transición muchas empresas van a necesitar un milagro de Navidad.