Compartiendo experiencias
17/06/2021 | 10:04 | Agustina Videla es autora del libro “Único. Del Autismo a la Neurodiversidad. Aprendizajes de una madre”, donde habla del proceso de crianza de su hijo con dificultades socioemocionales.
A través de su historia personal, Agustina Videla acerca a padres, madres, familiares, maestros y amigos de niños con comportamientos desafiantes, reflexiones sobre la socialización, la búsqueda de diagnósticos y la convivencia.
Agustina es mamá de dos niños, Lucas y Guido. “Lo que cuento en el libro es la experiencia que tuve entre los 8 y 10 años de Lucas (su hijo con TEA), cuando entré de lleno a hacerme cargo y coordinar el tratamiento desde el eje de la familia, trabajando con la comunidad de padres y compañeros”, describió.
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En este trayecto es que decidió involucrarse con la escuela para guiar y acompañar no sólo a Lucas sino también a la comunidad educativa y a sus compañeros.
“Me metí en la escuela para trabajar con la regulación emocional, el mindfulness, el yoga y que todos entendieran de dónde viene el enojo, la tensión”, describió.
De este modo, comenzó a armar encuentros en su casa con actividades para que sus compañeros conocieran mejor a Lucas y, aunque asegura que él no es un niño que juega, este espacio le permitió integrarse mejor con el resto.
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“Desde la sociedad se tiene que hacer un lugar para que socialicemos entre todos. Hay grupos para niños con TEA pero lo ideal es que si son niños que están en la escuela que el trabajo y el esfuerzo sea de todos”, aconseja.
El objetivo es “no caer en el etiquetamiento y ayudarlos desde pequeños a respetar la diversidad”, afirma.
La invitación con el libro es para reflexionar sobre las situaciones de cada familia, las estrategias y los conocimientos que tienen sobre el tema los papás y mamás.
“Está bueno empoderar a las familias y pensar ideas que salen de lo tradicional. Observar a los hijos y saber cosas que tienen que ver con lo humano”, remarca.
En esa línea invita a los adultos a crear y cultivar los vínculos. Ocuparse e involucrarse de las terapias y diseñar estrategias.
“Hay niños que tienen la capacidad de crear juegos y otros que no, y hay que pensar opciones. No es tan difícil y cualquier adulto lo puede hacer, pero necesita reflexión y calidad de tiempo”, enfatiza.
El trabajo de ser padres involucrados con las terapias no está profesionalizado, pero para Videla es algo que tiene que diseñar cada uno, de acuerdo a las necesidades de su hijo, y para eso es bueno escuchar los ejemplos de otras familias, para ver cómo hacen.