Historias que inspiran
24/05/2021 | 10:00 | El sobrino de Camila de Conualles, la esposa del príncipe Carlos de Gran Bretaña, es ciego y tiene autismo, pero eso no le impidió convertirse en un genio de la música.
Derek Paravicini nació a las 25 semanas de gestación. Su vida presentó grandes batallas con dificultades severas de aprendizaje, pero a sus 41 años, el gran reconocimiento mundial atrajo la atención del cineasta David Seidler, quien llevará su historia a la pantalla grande.
El artista tiene síndrome de Savant y según su profesor de piano puede llegar a tener más de 10.000 melodías en su cerebro.
Paravicini tiene además oído absoluto, lo que le permite identificar una nota con tan solo escucharla. Su charla TED acumula más de 1,1 millón de reproducciones en YouTube.
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Su profesor Adam Ockelford, es quien está detrás de esta idea de llevar su historia al cine. “Derek ama la música, pero más importante que su amor a la música es que ama a las personas. Y la música es la forma de llegar a ellas”, describe.
En 2008, Ockelford, escribió un libro llamado In The Key Of A Genius, The Extraordinary Life of Derek Paravicini (La tecla del genio, la extraordinaria vida de Derek Paravicini) donde cuenta la historia de su alumno. El texto llegó a manos de Seidler, ganador del Oscar al mejor guion original por El discurso del rey.
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Ockelford reveló que mantiene conversaciones con el cineasta y que la propuesta se centraría en la niñez de Derek, en el periodo que va entre los cinco y los diez años.
Para el profesor, esa fue la época clave del artista y el momento en el que se conocieron. Según relató en 1985, él se encontraba dando clases en una escuela para ciegos-ubicada al sudoeste de Londres- cuando lo sorprendió un niño, que mientras visitaba el colegio vio un piano y y saltó sobre él.
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Recordó que observó atentamente como empezó a tocar las teclas, con los codos y los puños y que al principio pensó “que era un chiflado”.
”De repente comprendí que estaba interpretando “Don’t Cry For Me Argentina” y que además subía y bajaba de más por el teclado para hacer más escalas. Entonces supe que no era ningún loco, sino todo un genio”, le confesó al diario The Independent.
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