Una amistad sin etiquetas: Franco y Fran, hermanos del alma

Franco Córdoba y Francisco Sarmiento se conocieron en el pre Jardín William Morris de la Ciudad de Córdoba y siguieron juntos hasta tercer grado. 

Por cosas de la vida se separaron y a los 20 años se volvieron a encontrar por esas "causalidades" de la vida, según cuenta Francisco. 

"Yo estaba haciendo horas extra en el lugar donde trabajaba, salí a fumar y lo vi, él no me reconoció pero yo sí, no podía parar de llorar", recordó con cariño. 

Desde hacía tiempo, estaba intentando dar nuevamente con su compañero de salita, con esa amistad de la infancia que el tiempo había separado, pero al no recordar el apellido de Franco no lo podía localizar. 

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Finalmente el destino los volvió a encontrar y Franco habla con cariño y admiración de Franco. 

Franco tiene parálisis cerebral de pequeño, lo que le provocó dificultades en el habla, y en la motricidad final. Para comunicarse utiliza  el sistema aumentativo alternativo de comunicación de OTTA Project. 

Francisco vive en Mina Clavero pero se hablan por WhatsApp, video llamada, y cuando viene a Córdoba lo va a visitar a Franco.

Francisco le corta el pelo a Franco, salen a pasear por el barrio, juegan a la play y el cariño que se sienten es recíproco. "Nos tenemos el uno para el otro, tenemos una comunicación bastante buena y coincidimos en el deporte. No en el equipo de fútbol, porque él es de Talleres y yo de Belgrano", describe Francisco.

"Yo tengo una gran admiración por él, por la forma en que es y cómo enfrenta las cosas, saber aprender y admirar a los amigos. Sin nuestros amigos qué seríamos", reflexionó.

"Yo considero a mis amigos como hermanos, y es la admiración que tengo sobre él y por eso nos llevamos bien. Es un ejemplo de vida y no hay forma de no quererlo", agregó.

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