Alfajor, una dulzura que alcanza a todas las generaciones

El alfajor es una dulzura que alcanza a todas las generaciones. Es originario del mundo árabe y primero llegó a Europa. Originalmente era de forma cuadrada, con rellenos de dulce de frutas y recubierto en azúcar. Hace unos 150 años, don Augusto Chammás, químico francés radicado en Córdoba,  inauguró la pequeña industria familiar dedicada a la elaboración de dulces y confituras.

Fue el propio Chammás quien tuvo la idea de que los alfajores fueran redondos y a partir de ahí los comercializó. Lógicamente ha conquistado a todo el país porque cada provincia, cada región, tiene el alfajor típico. Pero recién en 2001 fue incorporado el código alimentario, el producto constituido por dos o más galletitas, galletas o masa adheridas entre sí por productos tales como mermeladas, jaleas, dulces u otras sustancias. Es así como lo define el código alimentario.

Alfajores que se dividen en tres grupos: los regionales, los industriales, que son los que habitualmente compramos en el súper y los premium que son aquellos un poquito más sofisticados.

En la Argentina, según la Asociación de Distribuidores de Golosinas y Afines se consumen por día entre 12 y 13 millones de alfajores y más de la mitad se consumen en Capital Federal y en Gran Buenos Aires. Este estudio permite además establecer que las mujeres compran más alfajores que los hombres. Pero además, los niños de entre 12 y 19 años consumen el 24 por ciento de los alfajores. O sea, uno de cada cuatro alfajores que se venden en este país lo consumen los niños. Por eso el alfajor es una dulzura que trasciende todas las generaciones..