Sigue sin repuntar el consumo

El consumo en Argentina no repunta, a pesar de las expectativas generadas en este tercer trimestre, con una inflación en descenso y algunos salarios aumentando por encima de la inflación mensual.

Los datos de la consultora Scentia muestran una realidad alarmante: el consumo en supermercados y autoservicios cayó un 22,3% en septiembre en comparación con el mismo mes de 2023.

El año pasado, en la previa de las elecciones, el entonces ministro de Economía, Sergio Massa, implementó una serie de medidas que incluían la entrega de dinero a la población, lo que se conoció como el "plan Platita". 

Este plan estimuló el consumo de forma artificial, ya que se trataba de dinero emitido que, a la larga, resultó ser inflacionario. La comparación con los años posteriores revela que la caída actual del consumo es notable, pero también es fundamental considerar el contexto desde el cual se parte.

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Los datos son contundentes: en el rubro de supermercados se observa una caída del 21,2%, mientras que en autoservicios la caída asciende a un 23,5%. 

La canasta de alimentación disminuye un 19,6%, y en productos como bebidas alcohólicas y no alcohólicas las caídas son del 25,1% y 26,7% respectivamente. 

Los productos perecederos sufrieron una caída del 16,8%, y en higiene y limpieza, los descensos son del 24% y 16% respectivamente. En términos de compras impulsivas, la situación es aún más crítica, con una caída del 32%. Esto significa que, en promedio, los consumidores están adquiriendo menos productos de manera no planificada.

A pesar de que se habla de una expectativa de inflación a la baja, la realidad es que muchos consumidores aún no logran recuperarse de la inflación acumulada. Los salarios, aunque han tenido un leve repunte, no logran igualar el incremento de los precios de bienes y servicios.

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Por ejemplo, el índice de salarios creció un 28%, mientras que los costos de electricidad, gas y combustible aumentaron un 320%, y el transporte un 252%. En Córdoba, el aumento de los peajes llegó al 400% en solo 10 meses. Es evidente que la situación se torna insostenible para la mayoría de los ciudadanos.

Marcela, una oyente de Córdoba, compartió al aire su preocupación: "Los comercios deben bajar los precios si quieren vender más. Mi marido trabaja en una fábrica de zapatos, y un zapato que ellos venden a un comercio a 13.000 pesos, el comercio lo estaba vendiendo a 80.000". 

Esta situación refleja una realidad compleja, donde los comerciantes enfrentan sus propios costos operativos, como alquileres, impuestos y salarios, que también se han incrementado. Sin embargo, la percepción de abuso en los márgenes de ganancia es palpable.

El informe de la consultora también señala la proliferación de ofertas en supermercados y mayoristas, algo que no se había visto en etapas anteriores de la economía argentina. Jamás se vio tantas promociones y beneficios asociados a billeteras virtuales y tarjetas de crédito. 

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Esto lleva a que muchos consumidores terminen comprando más en función de las ofertas que de sus necesidades reales. Por ejemplo, en lugar de adquirir un producto específico, pueden optar por lo que se encuentra en oferta, como cambiar una tarta de zapallito por una de acelga, solo porque esta última es más económica.

Un dato interesante es el regreso del boom de las ventas hacia Chile, que había disminuido en los últimos tiempos. Aunque el porcentaje de personas que cruzan la frontera es mínimo, es un indicador de que las condiciones de consumo han cambiado. Durante un tiempo, cruzar a Chile para comprar no era viable, pero ahora parece haber un nuevo interés, lo que podría estar relacionado con la búsqueda de precios más accesibles.

En el contexto de las ventas del Día de la Madre, encontramos que muchas veces resulta más barato comprar productos financiados a través de tarjetas de crédito o billeteras virtuales, algo que tradicionalmente no ocurría. Este fenómeno puede ser un indicativo de la complejidad y contradicciones del actual sistema de consumo en Argentina.

La caída del consumo en Argentina es un fenómeno que refleja una serie de factores interrelacionados, desde la situación económica general hasta las decisiones de la política económica del pasado.

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