Gira papal
18/01/2018 | 12:58 | En la última misa de su visita a Chile, en Iquique, Francisco hizo una encendida defensa de los derechos de los migrantes y llamó a no privarse "de todo lo bueno que tienen para aportar".
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En su última misa en suelo chileno, el papa Francisco renovó hoy en Iquique su pedido de "tierra, techo y trabajo para las familias", y en una encendida defensa de los derechos de los migrantes pidió no privarse "de todo lo bueno que tienen para aportar".
Frente a una multitud que se acercó al campo Lobito de Iquique, 1.400 kilómetros al norte de Santiago, el pontífice pidió "aprender y dejarnos impregnar por los valores, la sabiduría y la fe que los inmigrantes traen consigo".
En la ciudad símbolo de la inmigración del país, Jorge Bergoglio convocó a vivir "sin cerrarnos a esas tinajas llenas de sabiduría e historia que traen quienes siguen arribando a estas tierras".
Datos del Departamento de Extranjería y Migración de Chile indican que la capital de la I Región tiene la mayor concentración del país de inmigrantes en relación a su población, lo que se refuerza por el desarrollo que le imprimió una "zona franca" portuaria.
A la inmigración histórica desde Asia, Perú y Bolivia, en los últimos meses se agregaron grandes grupos que llegaron de Haití y Venezuela, de acuerdo al organismo oficial.
"No nos privemos de todo lo bueno que tienen para aportar", exhortó Francisco durante la denominada "celebración fraterna por la integración de los pueblos", y antes de partir esta misma tarde hacia Perú para continuar su sexta gira latinoamericana.
"Iquique es tierra de sueños, eso significa el nombre en aymara; tierra que ha sabido albergar a gente de distintos pueblos y culturas que han tenido que dejar a los suyos, marcharse", reconoció Bergoglio.
En su mensaje, pidió además estar "atentos a todas las situaciones de injusticia y a las nuevas formas de explotación que exponen a tantos hermanos a perder la alegría de la fiesta".
"Estemos atentos frente a la precarización del trabajo que destruye vidas y hogares. Estemos atentos a los que se aprovechan de la irregularidad de muchos inmigrantes porque no conocen el idioma o no tienen los papeles en regla", apuntó.
"Los que tienen que dejar su tierra porque no encuentran lo mínimo necesario para vivir son ícono de la Sagrada Familia que tuvo que atravesar desiertos para poder seguir con vida", continuó Bergoglio.
En ese marco, el Papa renovó el llamado que hizo en 2014 frente a los movimientos populares en Roma y convocó a estar "atentos a la falta de techo, tierra y trabajo de tantas familias".
En la ciudad de la fiesta de la Tirana, una de las celebraciones de mayor religiosidad popular de Chile, a la que cada año asisten también miles de bolivianos, Francisco felicitó a los pobladores de Iquique por "cómo saben vivir la fe y la vida en clima de fiesta".
Con la presidenta Michelle Bachelet entre los presentes, y en un marco imponente a 200 metros del Pacífico y al pie de una enorme duna de la desértica zona noteña del país, Francisco destacó la "hermosa" fiesta popular.
"Vengo como peregrino a celebrar con ustedes esta manera hermosa de vivir la fe", los animó, conocedor de una celebración que vio de cerca durante sus años como arzobispo de Buenos Aires a través de la colectividad boliviana en suelo porteño.
"Sus fiestas patronales, sus bailes religiosos, que se prolongan hasta por una semana, su música, sus vestidos hacen de esta zona un santuario de piedad popular", elogió el Papa sobre una fiesta que no "queda encerrada dentro del templo, sino que logran vestir a todo el poblado".
"Ustedes saben celebrar cantando y danzando 'la paternidad, la providencia, la presencia amorosa y constante de Dios. Así llegan a engendrar actitudes interiores que raramente pueden observarse en el mismo grado en quienes no poseen esa religiosidad: paciencia, sentido de la cruz en la vida cotidiana, desapego, aceptación de los demás, devoción", los elogió, parafraseando la exhortación del beato Pablo VI Evangelii nuntiandi.