El pontífice visitó el "Hogar Principito" de Puerto Maldonado.

Gira Papal

El Papa visitó un hogar de huérfanos en la Amazonía

20/01/2018 | 06:56 | Francisco le pidió a los jóvenes de la selva peruana, que se desempeñan como voluntarios, que "no renuncien al legado de sus abuelos, no renuncien a su vida ni a sus sueños".

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El Papa inició la jornada antes del alba (Informe de Héctor Lorenzo)

De visita en un centro de acogida para niños sin familia de la selva peruana, el papa Francisco pidió a los jóvenes de la Amazonía que se desempeñan como voluntarios en el lugar que "no se conformen con lo que está pasando" sino que sean "el motor de la sociedad".

"Algunos de ustedes, jóvenes que nos acompañan, proceden de las comunidades nativas. Con tristeza ven la destrucción de los bosques", dijo el pontífice al visitar el "Hogar Principito" de Puerto Maldonado, donde llegó hoy para reunirse con pueblos originarios de la Amazonía.

"Sus abuelos les enseñaron a descubrirlos, en ellos encontraban sus alimentos y la medicina que los sanaba. Hoy son devastados por el vértigo de un progreso mal entendido. Los ríos que acogieron sus juegos y les regalaron comida hoy están enlodados, contaminados, muertos", lamentó el obispo de Roma en la ciudad ubicada 580 kilómetros al este de Lima.

Durante un breve saludo en el que citó "El principito" de Antoine de Saint Exupery para animar a los jóvenes a cuidar de los niños hospedados en el lugar, Francisco los convocó a que "no se conformen con lo que está pasando".

"No renuncien al legado de sus abuelos, no renuncien a su vida ni a sus sueños", instó.

Uno de ellos, Carlos Javier, de 25 años, contó a los medios que acompañan al papa en su gira que estuvo en el hogar cuando era niño y regresó como voluntario mientras estudia en la universidad para ser ingeniero forestal.

"El mundo los necesita a ustedes, jóvenes de los pueblos originarios, no disfrazados, los necesita tal y como son. No se conformen con ser el vagón de cola de la sociedad, enganchados y dejándose llevar. Los necesitamos como motor, empujando", les pidió.

Con 38 grados de sensación térmica en el primer tramo de su gira peruana que inició ayer, Francisco se despidió de los niños y jóvenes afirmando estar "seguro que pueden ayudar muchísimo enseñándonos un estilo de vida que se base en el cuidado y no en la destrucción de todo aquello que se oponga a nuestra avaricia".