Gira papal
17/01/2018 | 06:54 | La ex primera dama chilena, Marta Larraechea, reaccionó al ver en la misa de este martes al obispo de Osorno, Juan Barros, acusado de encubrir al pedófilo Fernando Karadima.
La esposa del ex presidente chileno Eduardo Frei criticó duramente al Papa Francisco, quien este martes pidió perdón por los abusos a niños por parte de sacerdotes en Chile.
"No le creo nada", sentenció la ex primera dama Marta Larraechea, según el diario La Tercera.
La esposa del ex presidente Eduardo Frei Ruiz-Tagle reaccionó en Twitter al advertir la presencia del obispo de Osorno, Juan Barros, quien está acusado de haber encubierto al pedófilo Fernando Karadima, en la misa en el parque O'Higgins, de la capital chilena.
“Barros participa de la ceremonia en Parque O’Higgins, qué vergüenza, de qué pide “disculpas” el Papa?”, dijo Larraechea. Además, agregó: “no le creo nada, dice una cosa y hace otra”.
En su primera actividad esta mañana, el Papa fue recibido en La Moneda por la presidente Michelle Bachelet, y luego pronunció su primer discurso en el país vecino para pedir perdón por los abusos a menores.
Francisco expresó su "dolor y vergüenza" por los abusos cometidos a menores por parte de sacerdotes, y pidió "que no se vuelva a repetir el daño irreparable" que provocaron miembros de la Iglesia a los niños de ese país, a raíz de los casos de pedofilia.
Lo dijo en su primer discurso en Chile, pronunciado en el Palacio de la Moneda del estado trasandino, donde llegó ayer para una visita de tres días.
"Es justo pedir perdón y apoyar con todas las fuerzas a las víctimas, al mismo tiempo que hemos de empeñarnos para que no se vuelva a repetir", dijo el Papa, bajo una fuerte presión social para que la Iglesia actúe y destierre a los curas que tantas víctimas han causado.
Para las víctimas, pedir perdón "no es suficiente". "Necesitamos actos concretos que el papa no toma en la Iglesia chilena contra los abusadores", dijo a la AFP Juan Carlos Claret, vocero de la asociación de laicos de Osorno, que lucha por que se expulse al obispo Juan Barros, señalado como encubridor del caso Karadima.
El cura en cuestión gozó de gran influencia en la iglesia chilena y fue formador de medio centenar de sacerdotes hasta que fue suspendido por la Justicia vaticana de por vida en 2010, a raíz de los abusos contra niños y jóvenes cuando dirigía la parroquia "El Bosque", situada en Santiago, donde fue párroco entre 1980 y 2006.
Además, la justicia ordinaria también entabló un juicio contra Karadima y lo encontró culpable, pero no lo condenó porque los delitos ya habían prescrito.