ANDRÉS MALAMUD
24/06/2019 | 08:31 |
El politólogo evaluó el aporte de las respectivas incorporaciones de Alberto Fernández y Pichetto. Aunque perdiera la Gobernación el apoyo de Vidal puede ser clave para un triunfo de Macri, dijo.
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Andrés Malamud, académico de prestigio y agudo analista de la política práctica, sostuvo en diálogo con Cadena3.com que Mauricio Macri y Cristina Fernández convergieron “hacia el centro” y “deshicieron la avenida del medio”.
Advirtió que María Eugenia Vidal puede perder la Gobernación por los votos que Sergio Massa sumará al kirchnerismo en la Provincia de Buenos Aires, pero consideró que su “enorme sacrificio” podría “tener sentido”.
Observó que el electorado puede percibir su eventual derrota como “una injusticia” por la buena imagen nacional que tiene y reivindicarla votando a Macri en una segunda vuelta. Recordó el antecedente de De la Rúa, a quien en 1989 el Colegio Electoral le “birló” la senaduría porteña y dos años más recibió una montaña de votos como reparación.
Bonaerense de Olavarría, nacido en un hogar radical, Malamud se graduó con honores en la Universidad Nacional de Buenos Aires. Luego se doctoró en Ciencias Políticas y Sociales por el Instituto Universitario Europeo.
Es investigador principal de la Universidad de Lisboa. Reside en la capital portuguesa y es profesor visitante en universidades de Estados Unidos, Europa y Argentina. Viaja con frecuencia al país y vive el día a día de la política nacional con intensidad.
Colabora con frecuencia con diarios argentinos. Participa también del debate público con sus opiniones siempre filosas, no exentas de ironía, desde su hiperactividad en la cuenta de Twitter @andresmalamud.
En esta entrevista a fondo repasó el panorama preelectoral en ebullición y trazó escenarios probables que deberá afrontar el próximo Gobierno.
–¿Qué ganó Cristina con la incorporación de Alberto Fernández y Massa?
–En números, con la incorporación de Alberto Fernández ganó ocho gobernadores. El día que ella hizo pública esa decisión tenía cinco gobernadores que la apoyaban. Al final del día tenía trece. Ocho gobernadores que hasta entonces estaban boyando alrededor Alternativa Federal habían tuiteado su apoyo a la fórmula de los Fernández.
Con Sergio Massa es difícil numerar cuánto ganó, porque ya valía muy poco. Desde el momento en que Cristina con Alberto Fernández desmontaron Alternativa Federal el precio de Massa venía bajando cada día.
Lo fundamental está en la Provincia de Buenos Aires. A nivel nacional Massa aporta muy poco, pero en territorio bonaerense puede aportar esa pequeña diferencia que defina la elección. Porque, a diferencia de lo que pasa a nivel nacional o en la Ciudad de Buenos Aires, en la Provincia no hay balotaje. La elección se define ese día, por un voto.
–¿Puede darse la paradoja de que María Eugenia Vidal sea la dirigente con mejor imagen nacional pero no pueda reelegir en la Provincia de Buenos Aires?
–Así es. Si la realidad del domingo electoral se muestra como las encuestas de hoy, lo que vamos a ver es un acto de sacrificio inmenso. Así como María Eugenia fue gobernadora porque Macri la eligió, ahora sería ella quien sacrifique esa Gobernación para acompañar la boleta presidencial.
Y hasta su sacrificio podría tener sentido, porque aunque ella pierda en primera vuelta, es probable que por esa imagen tan positiva que ella tiene en el electorado, una derrota de Vidal se considere una injusticia por parte de los votantes.
Hay un antecedente, distinto pero similar en 1989, cuando De la Rúa fue candidato a senador en la Capital Federal. Salió primero, pero había Colegio Electoral en esa época para senador y la alianza entre la Ucedé y el peronismo le birló la banca. Entonces en 1991 De la Rúa arrasó en Capital porque el pueblo porteño sintió que a ese candidato le habían birlado lo que era suyo.
Quizás si Vidal pierde en primera vuelta por poco haga una campaña precisamente para justificar ese sacrificio, en todo el país, a favor de Macri. Y puede ser que consiga dar vuelta el resultado nacional.
–¿Qué ganó Macri con la elección de Picchetto en la fórmula?
–La chance de ser reelecto. Hasta la nominación de Pichetto como su candidato a vicepresidente, Macri venía perdiendo cómodo, porque Cristina había hecho una doble jugada. Por un lado, innovó, llamó la atención, y recreó una cierta esperanza. Por el otro, se corrió al centro. Y corriéndose al centro atrapó mucho voto que estaba boyando en la grieta y que no estaba con ninguno de los dos, empezando por esos ocho gobernadores.
Macri con Pichetto lo que hace es abrirse a la posibilidad de conquistar seis gobernadores. No es que esos seis gobernadores lo van a apoyar. Pero van a ir con lista corta. Córdoba es el caso más relevante.
Ir con lista corta significa que esos gobernadores no van a tener ningún candidato a presidente. Y no teniendo candidato propio juegan a favor de Macri. Porque por lo bajo se dice que esos gobernadores, al menos en Neuquén, Rio Negro, Córdoba, Misiones, quizás van a impulsar la boleta de Juntos por el Cambio.
–Es difícil la cuenta, pero ¿quién sumó más, Cristina o Macri?
–Es difícil saberlo. Está claro que los dos sumaron y por eso se deshizo la avenida del medio. Si había algo parecido a una tercera vía se desestructuró completamente con esta jugada hacia el centro. Y no hablo de centro ideológico, nada parecido a eso. Hablo de centro espacial. Había dos jugadores en los extremos, Cristina y Macri, y algunos boyando por el centro, por el medio. Ellos, al acercarse entre sí, apretujaron a los que estaban en el medio y los obligaron a tomar posición.
Fue lo que hicieron prácticamente todos. Fue lo que hicieron Pichetto para un lado y Massa para el otro. Quedó Urtubey en el medio, solito, y tuvo que jugar con Lavagna, un candidato sin aparato.
–Da la impresión de que en la estrategia de Macri ha cambiado un paradigma en el cual ahora el aparato político es por lo menos tan importante como la comunicación, ¿no?
–El “cambio cultural” está muerto. Esa famosa frase del gobierno, que tenía tan poco sentido como “unir a los argentinos” y “pobreza cero”, no va más. Porque el cambio cultural era esa idea de construir contra la vieja política. Y esto es la política tradicional. No la llamo vieja, porque es la política como siempre se hizo.
Puede gustar más, puede gustar menos. La cuestión son los resultados. Y aquí justamente lo que hace Macri es volver a algo que en el fondo era su marca de origen. Porque en la Capital Federal gobernaba de una manera mucho más amplia que a nivel nacional. Gobernaba con Marcos Peña en la comunicación sí, pero también con Monzó en la rosca y con Rodríguez Larreta en la gestión.
Cuando él pasa al Gobierno nacional se olvida de la gestión y la rosca. Sigue sólo con la comunicación. Ahora lo que hace es recuperar aquel espíritu original con el que gobernó la Capital Federal.
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