"El avance de la droga disparó el delito violento"

ENRIQUE DE ROSA

"El avance de la droga disparó el delito violento"

18/06/2019 | 07:40 |

El psiquiatra forense sostuvo que “las adicciones comienzan a una edad cada vez más baja con efectos destructivos”. Opinó que se debe dar una contención integral a las víctimas.

Enrique de Rosa, especialista en psiquiatría forense, expresó a Cadena 3 que el aumento del delito violento y sobre todo la explosión de delincuencia juvenil que se observa en el país están ligados con un “incremento exponencial de las adicciones”.

Opinó que se necesitan respuestas integrales que respondan a los factores neurobiológicos y sociales que intervienen en la formación de un joven violento.

De Rosa se refirió también al temor que genera la inseguridad en la población. “Debe haber información clara, datos concretos sobre los hechos de inseguridad y no percepciones emocionales porque eso está generando estrés traumático en la población”, observó.

–¿Cómoincide en la salud mental de las personas la sensación de inseguridad,de que vivimos en medio de una selva peligrosa, en la que en cualquier momento podemos ser víctimas de un delito violento?

–Cuandointerpretamos el mundo en realidad no tenemos una lectura objetiva, sino una reconstrucción. De hecho, nuestro aparato perceptivo –visual, auditivo– y desde ya las ideas no nos llegan de manera directa e igual para todo el mundo. Para poder pensarhacemos una reconstrucción de todo eso y en función de ello elaboramos ideas.

El inconveniente es que esas ideas a su vez están moduladas por nuestro pasado, por nuestro conocimiento previo, y también por nuestro estado emocional.

Cuando esas variables han incidido, sea por información concreta del pasado o por un estado emocional que es un poco el que impera en los tiempos actuales, de mucha exasperación, de nerviosismo, la percepción necesariamente es traumática. Hasta en cuestiones menores.

Entonces el gran problema es que estamos en una sociedad que está casi en carne viva constantemente y cada elemento contribuye a generar que esa herida se incremente. No hay ningún momento de paz. Cada información, cada dato, va para el lado de profundizar la herida.

–¿Qué se necesita para revertir o mitigar esa sensación de inseguridad permanente y lo que conlleva para la salud mental?

–En gran parte, información clara. Pero no información por los medios únicamente, sino establecer qué parte de esa construcción traumática que tenemosse relaciona conque hay alguna información contradictoria. Entonces uno tiendesiempre a descreer.

Un planteo es que tengamos datos concretos y no siempre percepciones emocionales. Por ejemplo, si uno toma la información que recibe a veces de gente de la política tiene la sensación de que algunos dicen que todo es el último de los apocalipsis y otros que estamos cercanos al paraíso. Eso crea mucha zozobra.

Desde lo mediático, desde la Justicia, desde cada espacio de poder, se debe empezar a desdramatizar para poder tener información clara.

Los países tienen problemas. Ahora si usted va a París hoy, verá que no es el Paris soñado, y sin embargo los diarios franceses no están diciendo las 24 horas del día que viven en el peor de los infiernos.

¿En realidad qué nos falta? Tomar cierta distancia. No estar viviendo todo como una situación de excepción y dramática. Porque eso por un lado nos destruye, pero por otro lado crea una especie de anestesia que nos hace aceptar que la realidad va a ser definitivamente mala, dramática.

–En el caso particular de un delito ya consumado ¿Cómo se supera el estrés que les provoca la violencia a las víctimas y a sus allegados?

–El problema es que hoy eso está generando a su vez estrés traumático en la población en general. Todo el mundosupone que esos delitos gravísimos van a sucederle, lo cual genera una ansiedad anticipatoria.

Con respecto a las víctimas primarias, que los han padecido, y las vicariantes o secundarias, el primer círculo, lo que hay que hacer es empezar a crear reales cuerpos de acción en situaciones de trauma, de conflicto.

–¿Por ejemplo?

–Tendríamos que empezar a asumir, como en su momento lo hizo Colombia, que vivía en guerra permanente, que vivimos un estado de excepción en cuanto a la violencia. Que la violencia no es solamente un episodio aislado. No es el loco que hizo tal cosa sino que estamosen una sociedad violenta y que por ende esa sociedad tiene a su vez que crear anticuerpos.

¿Qué anticuerpos? No solamente lo que decía antes de la información, sino por ejemplo proveer de manera inmediata a las víctimas un sistema de contención, que muchas veces no existe. Y no es sólo ponerles un psicólogo al lado. Hay que abordar todas las necesidades que van a tener.

Por ejemplo, no hay una contención legal y gratuita para gente que es victimizada. De golpe se encuentra en esasituacióny no puede abordar el fenómeno legal que la involucra. En eso también debería existir una ayuda.

Entonces las personas victimizadas en alguna medida tienen otra revictimización, que es la del sistema que no funciona. El ejemplo más concreto puede ser una víctima de abuso sexual infantil, cuyos familiares de golpe tienen que buscar un abogado que los represente. Además del Ministerio Público, que existe, deberían atenderse las cuestiones psicológicas, económicasy legales que los puedan encuadrar. Porque nadie nace con el conocimiento previo para poder enfrentar estas situaciones.

–¿Cuánto de esa carencia es un problema de falta de recursos públicos y cuánto de falta de iniciativa pública?

–Los recursos están. Hay infinidad de oficinas y dependencias que se dedican a esto. Y profesionales demás. Lo que sí nos falta es el knowhow, el conocimiento de saber cómo ponerlos en práctica. Cuando uno ve cómo actúan otros países, que funcionan bien en esto, tampoco tienen recursos ilimitados.

Lo que sí tienen un muy buen sistema de clasificación de conflictos, de priorización de las situaciones y de seguimiento.

No es que Córdoba, Buenos Aires o la Argentina en general tengan que contratar miles de abogados, psicólogos o  psiquiatras. Pero sí utilizar lo que se tiene de una manera adecuada, con protocolos estandarizados y con capacitación.

Yo me dedico mucho al tema del trauma desde hace largos años y es un área muy específica. Como si en derecho dijese no es lo mismo el que hace derecho laboral, el que hace previsional o el que hace penal.Y sin embargo todo el mundo opina sobre eso. Y es muy preocupante porque el manejo de la víctima va a dejar heridas por el resto de su vida.

–¿Qué factores, enfocados desde la psicología social,inciden mayormente en la proliferación del delito violento?

–Uno es que habitualmente están muy sobrerrepresentados en la estadística, por encima de la media poblacional, los victimarios que han sido a su vez víctimas.

Hay que entender que en la proliferación de situaciones de victimización estamos a su vez generando victimarios o delincuentes, si se quiere, para el futuro. Eso no quiere decir que cualquier persona que es victimizada va a transformarse en victimaria. Pero hay una alta probabilidad de que, por ejemplo, un niño abusado en el futuro se convierta en un abusador.Es importante tratar esas situaciones desde el vamos.

El segundo aspecto es la no detección de situaciones menores previas en las cuales hay muchos indicadores y a los indicadores se tiende a no prestarles atención. Por ejemplo, en el caso de los femicidios simplemente estamos contando cadáveres con posterioridad, pero no contamos los episodios de violencia previa.

Otro ejemplo. Hace poco se transformó en viral un video de un taxista estrella el auto contra otro y lo agrede. No hay ninguna posibilidad de quea su vez ese sujeto no sea un violento en el territorio doméstico. Y sin embargo lo tomamos como compartimentos estancos.

Una de las cuestiones es entender que los fenómenos de violencia son transversales. En un área a la que nos dedicamos, la violencia contra los animales, está demostrado que un sujeto que ejerce violencia contra los animales va a ser violento en otras áreas. Para el FBI la violencia contra un animal es un precursor de la violencia contra los seres humanos y ya lo toman como un elemento estadístico.

–¿Qué incidencia tienen realmente las adicciones, la droga, en el aumento de la violencia delictiva?

–Yo soy médico desde hace 38 años. Cuando empecéla carrera la gente que se dedicaba a estudiar adicciones no diría que era una rareza perono lo central.

Hoy cualquier psiquiatra o personal de salud que trabaja en el tema advierte que la adicción está en el centro del problema. Y en el área forense ha sido lo que cambió diametralmente la escena.

Antes uno tenía aquella idea del perfil criminal de los norteamericanos, el sujeto raro con aspectos perversos o psicopáticos. Hoy todo eso puede ser modificado por una droga.  Ya no buscamos solamente perfiles psicológicos, sino personas que bajo el imperio de la adicción crónica han cambiado su estructura de funcionamiento, en la cual el otro no existe como otro sino que existe como objeto.

Entonces, ha cambiado completamente la escena.

–Asistimos a una suerte de explosión de la delincuencia juvenil ¿Por qué, qué pasa por la cabeza de esos chicos?

–Parte es lo que acabamos de hablar. Uno de los factores es el incremento fenomenal, exponencial, de las adicciones, que comienzan cada vez a edad más temprana con efectos que ya son destructivos.

Hemos avanzado mucho en el tema de la neurobiología y las neurociencias en general y sabemos, por ejemplo, que si un chico que inicia con alcohol, marihuana o pegamento a  los 4, 5 o 6 años su cerebro no será el mismo, literalmente.

A eso se suman situaciones sociales como la desnutrición. Sabemos que por debajo de una ingesta ya no digo calidad sino inferior a 1.500 calorías diarias, el cerebro deja de crecer de la manera adecuada. Y ahí estamos criandopersonas que carecen de los elementos que nosotros esperamos que luego funcionen y por eso nos sorprenden. Concretamente, frenos inhibitorios, frenos morales, no están armados hasta arquitectónicamente en el cerebro.

La delincuencia juvenil en realidad empieza más por un fenómeno con raíces neurobiológicas, orgánicas, pero que es agravado por la destrucción de su familia, en la cual muchos adolescentes que delinquen son terceras o cuartas generaciones ya de gente que no ha tenido trabajoo que vive en la marginalidad.Entonces la marginalidad pasa a ser la normalidad.

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