MARÍA ESTHER CAFURE
10/06/2019 | 15:27 |
La ex presidente del TSJ de Córdoba criticó los pronunciamientos de Cristina Kirchner, Alberto Fernández y Zaffaroni contra la independencia del Poder Judicial. “No es republicano”, dijo.
Audios
María Esther Cafure de Battistelli, ex presidente del Tribunal Superior de Justicia de Córdoba, lamentó la pérdida de la confianza pública en la Justicia que reflejan todas las encuestas. “Realmente perder la credibilidad en la Justicia es quedar desamparado, porque ya es el último recurso al cual acudir”, subrayó.
En diálogo con Cadena3.com, consideró que es clave para revertir esa situación que los jueces actúan con “diligencia” y con “valentía” para resolver cuanto antes los juicios por corrupción que se sustancian en el país.
La ex jueza, de vasta trayectoria académica y en la judicatura, repasó en la entrevista la situación de la Justicia nacional y provincial, y los cuestionamientos que se les formulan desde la política.
También se refirió a la problemática de los crímenes de género, materia a la cual se dedica como directora académica de la Oficina de la Mujer del Poder Judicial de Córdoba.
—¿Por qué cree que la credibilidad en la Justicia ha caído tanto en la Argentina, en todas las encuestas?
—En esto pasa como en la Iglesia. Los errores de algunos los cargan todos. La falta de credibilidad de unos pocos se extiende a todos.Este es el gran problema que tiene el Poder Judicial. El error de uno lo cargan todos. La falta de eficiencia de unos pocos la cargan todos. Porque la Justicia es un cuerpo.
Es una lástima, porque realmente perder la credibilidad en la Justicia es quedar desamparado.Porque ya es el último recurso al cual acudir. Así que uno se debesentir muy mal.
—El presidente de la Corte ha dicho que la Justicia atraviesa una “crisis de legitimidad” ¿Comparte ese diagnóstico tan severo?
—No sé qué quiere decircon esas palabras. La crisis que estamos viviendo es la crisis que se está viviendo en toda la sociedad. Pero de ahí a hablar de crisis de legitimidad…No alcanzo a entender con qué sentido se dicen esas frases.
El poder judicial, en la gran mayoría de los casos, en casi todo el país, trabaja con mucha honestidad. A veces con pocos recursos, pero con mucha honestidad.
La situación de algunosámbitos que están en la prensa todos los días y que se critican se hacen extensivas a todos.
Pero eso de que tenemos falta de legitimidad no lo creo.Yo he sido juez toda mi vida y me siento muy tranquila de todo lo que he trabajado. Y también me siento reconfortada, porque al salir de la Justiciala sociedad meha tratado con el mismo respeto y el mismo cariño que antes. La pérdida del poder no ha significado la pérdida del aprecio, lo que es muy importante para mí.
—¿Los juicios por corrupción que se realizan en el país pueden ayudar a recomponer la imagen de los jueces? ¿O también corren el riesgo de caer en la trampa de la grieta?
—Los juicios por corrupción deben seguir. Deben resolverse. Y necesitamos jueces valientes. Porque esa es otra calidad que a todos hay que pedirles. La tarea del juez nunca es fácil.Siempre es difícil y a veces se necesita valor, salir de una situación de confort para colocarse realmente en el lugar que corresponde.
Siempre les decía a mis alumnos que la interpretación de la ley no es un catecismo. A veces se necesita una interpretación creativa de acuerdo al momento y a la situación en la que se está actuando.
Por ejemplo, los juicios de corrupción que están en la prensa tienen a todo el país pendiente. Los jueces tienen obligación de una mayor diligencia. Ahí no hay excusas de tiempo. Eso es realmente algo que yo critico.
Estos juicios deben tener la mayor rapidez posible porque tienen a toda la sociedad pendiente de esos resultados.
—La sospecha siempre es que la tardanza en hacer justicia en este tipo de causas pasa por una eventual connivencia entre jueces y poder político.
—La sociedad tiene derecho a pensar cualquier cosa. Por eso yo les pido a los jueces que esos casos no tengan demora. No pueden tenerla. Se dejarán de lado otros juicios, porque tienen muchísimos juicios, pero esas causas no pueden tener demoras, porque dan lugar a ese pensamiento.
—Se ha cuestionado también a los jueces que llevan este tipo de causas por tener una actitud acomodaticia respecto a quien esté en el poder, y a no enjuiciar nunca a un funcionario con poder, sino cuando dejó ya la función pública. ¿Usted coincide con esa apreciación tan generalizada?
—Eso es una situación que todavía no se ha resuelto del todo. La crítica es justa. Pero lo importante es que en algún momento se juzgue. Que no dejen causas abiertas, inconclusas, queprescriben. Si no, ese es el rumor que ronda permanentemente.
—Tenemos el caso de un ex presidente que sigue libre a pesar de tener doble condena, con sus causas paralizadas esperando tal vez la prescripción.
—Esa es una situación horrible. A mí como abogado no me parece correcta. Hay una reforma de la ley penal que no sé ahora cómo saldrá con respecto al curso de la prescripción.
Son distintas ideas que tal vez en esa nueva reforma del Código Penal se modifiquen. O sea una vez dictada la sentencia en dos instancias en un mismo sentido, que no corra más la prescripción.Usted puede recurrir todo lo que quiera, pero si se confirma la sentencia usted tiene que cumplir la condena.
Pero se amplió así el término de la prescripción.
—¿Qué opina de las advertencias del candidato Alberto Fernández a los jueces que investigan a la expresidente Cristina de Kirchner? Dijo que deberán “rendir cuentas” por sus actos y que el nuevo Gobierno va a “revisar muchas sentencias”.
—Me parece una expresión de lo más desafortunada de un candidato que es además abogado y profesor universitario, también en materia penal.
Considero que es una expresión de campaña. No creo que realmente Fernández crea en esas posiciones. Son esas frases que se hacen para levantar el ánimo de aquellos a quienes van dirigidas.Pero me parece lo más desacertada esa manifestación.
Los jueces siempre debemos rendir cuentas de nuestras resoluciones. Son revisables en todas las instancias. Y también son revisables cuando hemos actuado con dolo, con impericia, etc. Pero atacar así, cuando todavía no hay una resolución, tiene un carácter intimidatorio que no me gusta.
—¿Qué piensa cuando escucha afirmaciones como las de Eugenio Zaffaroni diciendo que los jueces no pueden ser imparciales y que, por lo contrario, deben ser “partisanos”?
—No sé qué quiere decir. El doctor Zaffaroni siempre tiene un pensamiento un poco complejo. No sé qué quiere decir con lo de “partisanos”. ¿Que tienen que ser miembros de un gobierno? Me parece un desacierto.
La neutralidad del Poder Judicial es uno de los factorespara transformarlo en control de los otros poderes. De lo contrario no existe como poder.
Son expresiones para mí que están unidas a otra concepción política.
—Una concepción nada republicana, ¿no?
—Exacto. Esa es la posición por ejemplo de Rusia con respecto al servicio de Justicia. Los principios de la Revolución, su confesión y su identificación son requisitos indispensables. Y la defensa de esos ideales en todo momento y en cualquier circunstancia.
Eso forma parte de una posición política determinada, no de una posición política republicana y de división de poderes.
—En esa línea, Cristina Kirchner ha dicho reiteradamente que la división de poderes es algo “viejo”, que los jueces no deben ser vitalicios y que deben ser elegidos por el voto popular. ¿Qué le provocan estos argumentos?
—¡Y eso que es abogada!Se critica que porque a un juez lo eligió un Gobierno debe ser partidario de él, lo cual es falso porque el hecho de que unGobierno de un partido lo designe no crea para el juez ningún tipo de compromiso de tipo político. O no debe crearlo.
Fíjese usted si los jueces fueran por elección popular. El compromiso sería con el partido político que los elige.
Directamente creo que no forma parte de la idiosincrasia argentina esa elección popular. Puede ser que otras generaciones más nuevas participen de esos criterios.Yo no lo veo conveniente.
—¿Hace falta una mayor despolitización del Consejo de la Magistratura?
—Creo que su composición tiene que ser equilibrada.
El gran poder que tiene el Consejo de la Magistratura Nacional es el manejo administrativo del Poder Judicial. Eso le otorga un gran poder. Cosa que en Córdoba no tiene.
—¿Qué piensa de la tan cuestionada exención del Impuesto a las Ganancias al Poder Judicial en general, no sólo a los jueces?
—Ay, ese problemita… lo tienen todos los jueces como una carga. Bueno, pero ya se ha resuelto que los jueces que ingresen paguen Impuesto a las Ganancias.
—Los que ingresen…
—Claro. O sea que la situación ya está saldada. Va a correr poco tiempo y cada vez van a ser más las personas que van a estar pagando el impuesto.
El no pago de ese tributo tenía un fundamento muy antiguo que ya no tiene sentido.
Pero me parece bien que los nuevos magistrados ingresen a la carrera judicial sabiendo ya de esta condición. Sin afectar la condición de los que ya habían tenido una situación diferente.
—¿Y el hecho de se haya incluido en ese beneficio a empleados del Poder Judicial a qué lógica responde?
—Eso lo hizo la Corte hace mucho tiempo y se extendió a todo el país. Creo que lo hizo más que todo para evitar conflictos internos.
—¿Pero no produce una situación de desigualdad muy fuerte con el resto de los trabajadores?
—Bueno, ahora va a quedar solucionado. En el futuro ya no vamos a tener ese problema. No hablemos de cosas viejas…
—Habrá que esperar un buen tiempo.
—Hubo gente que tuvo posibilidad de modificarlo y no lo hizo. Ahora se ha resuelto y no vale la pena volver a insistir. Sobre todo ahora que tenemos problemas mucho más serios.
—Por supuesto que problemas no nos faltan, pero estamos hablando puntualmente del Poder Judicial.
—Eso va a cambiar en un futuro próximo. Toda la camada de gente nueva que va ingresando ya lo hace sabiendo que va a pagar Impuesto a las Ganancias.
Notas relacionadas:
“El fuero anticorrupción debe investigar los delitos graves”
“La violencia machista no va a parar de un día para otro”
15 definiciones sobre perspectiva de género, Justicia y política
Amante y autocrítica de la Justicia, a la que sirvió por 62 años