JORGE VASCONCELOS
28/08/2019 | 08:40 | El vicepresidente del IERAL contrastó esa situación con la que recibió este Gobierno en 2015. “Había una inflación de 35% reprimida por el cepo cambiario y el atraso de las tarifas”, estimó.
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–¿Hay margen para seguir aflojando las metas fiscales sin provocar más inflación? ¿Hay riesgos de espiralización inflacionaria?
–En un escenario normal no existe ese riesgo. La situación no es de ningún modo parecida a la de las grandes crisis de 1989 y o 2001/2002. Hay pocos pesos en la economía, por lo tanto no es esa la situación.
Es más, si uno compara el 2015/2016 con el 2019/2020, hoy es posible pensar que la inflación el año que viene sea 15 puntos inferior a la de este año, que puede terminar en un 50 por ciento, con pocas cosas.
Con confianza en primer lugar y una pauta lógica para el gasto público, que ordene las discusiones salariales y las políticas de precios de las empresas, la inflación del año que viene podría ser perfectamente del 35 por ciento.
Es decir, el próximo gobierno podría arrancar con una situación inversa a la de 2015/ 2016. En ese momento, con el cepo y el atraso de las tarifas, había mucha inflación reprimida, que se puede estimar entre 30 y 35 puntos. O sea, había la inflación de un año escondida dentro del cepo y las tarifas tan atrasadas.
Entonces fue inevitable que el primer año de este gobierno tuviera una inflación 15 puntos por encima de la anterior.
En la Argentina es mucho más recesivo que la inflación se te escape del andarivel del 2 por ciento que una política crediticia restrictiva, por ejemplo.
El gobierno que asuma el 10 de diciembre tendría la oportunidad de arrancar en 2020 con una inflación 15 puntos inferior a la de este año. Sería una oportunidad para generar consenso político y la adhesión de los votantes al nuevo gobierno.
Pero mientras más pase el tiempo y menos se corrijan las incertidumbres uno se va a ir poniendo un poquito más escéptico sobre esa oportunidad.
Si se hacen cuatro o cinco cosas bien no hay ninguna necesidad de que el dólar siga subiendo.
Pero esas tres o cuatro cosas bien se tienen que hacer atendiendo a esta peculiar situación política donde, les guste o no les guste, son corresponsables el gobierno, que tiene que pensar en la gestión y no en la campaña electoral, y la oposición, que tiene que pensar en la próxima gestión no tanto ya en su rol de criticar solamente.
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