ESTEBAN DOMECQ
11/09/2019 | 10:27 | El economista juzgó que algunas propuestas de campaña de Alberto Fernández son “inconsistentes” con las “reglas” de disciplina macroeconómica que enunció. Dijo que Macri tuvo “poco éxito” al respecto.
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Domecq: ''No se puede estimular el consumo sin subir el déficit fiscal''
Entrevista completa a Esteban Domecq (Por Carlos Sagristani).
Entrevista de Carlos Sagristani
El economista Esteban Domecq afirmó que tienen amplio consenso entre sus colegas las “reglas” que según Alberto Fernández guiarían su eventual gestión económica: equilibrio fiscal, superávit comercial, acumulación de reservas, dólar competitivo, desendeudamiento y reducción de la inflación.
Domecq subrayó que varias de las propuestas electorales del candidato del Frente de Todos son “inconsistentes” con tales reglas. Dijo que en este contexto incentivar el consumo con subas de salarios y jubilaciones “es aumentar de nuevo el nivel de gastos de la economía y automáticamente eso vuelve a deteriorar el equilibrio fiscal y el externo”.
Señaló que para crecer “se debe incentivar la inversión, no el consumo”, en el marco de un programa económico integral del próximo gobierno.
El economista opinó que el gobierno de Mauricio Macri trabajó para “corregir los desequilibrios y afianzar aquellas reglas”, pero admitió que tuvo “muy poco éxito”.
Esteban Domecq es fundador y director de Invecq Consulting SA, empresa especializada en análisis macroeconómico y consultoría empresarial. Es miembro del Comité de Dirección de IDEA Pyme 2019 y director general del Congreso Económico Argentino.
Graduado en Economía por la Universidad de Buenos Aires, es también magister en Economía y magister en Finanzas por la Universidad del CEMA (Centro de Estudios Macroeconómicos).
–¿Cómo evaluás las seis reglas de política económica que Alberto Fernández se comprometió a respetar si es elegido presidente? ¿Son adecuadas?
–Son seis reglas sobre las cuales hay consenso general, sobre todo de los economistas.
Estamos hablando de equilibrio fiscal, superávit comercial, acumulación de reservas, dólar competitivo, desendeudamiento y reducción o eliminación de la inflación. Claramente son pilares muy importantes para tratar de construir una economía sólida, que prospere,que crezca a lo largo del tiempo.
–Vos has señalado inconsistencias entre esas reglas y algunas propuestas de campaña del candidato del Frente de Todos ¿Sería el caso del aumento general de salarios y jubilaciones que se promete, por ejemplo?
–Sí. Tiene que ver con eso. Nosotros tenemos una economía sobrexpandida, es decir con un nivel de gastos que está por encima del nivel de producción. Y esto se refleja puntualmente en el déficit externo,por un lado, y en el déficit fiscal, por el otro.
Una economía con déficit fiscal, por ende que tiene más gastos que recursos tributarios, a la hora de implementar medidas fiscales expansivas como las que está planteando el candidato Alberto Fernández acentúan el déficit fiscal. Me refiero a los estímulos al consumo, como ponerle dinero en el bolsillo a la gente, reducir precios o subsidiar los medicamentos a los jubilados y demás.
–Medidas que ya no se pueden financiar con endeudamiento.
–Por eso, ahí están las contradicciones. Si quiero equilibrio fiscal voy a tener que reducir gasto o aumentar los impuestos. Si no lo hago no voy a poder cumplir con la otra pata que es reducir la inflación. Porque si no quiero tocar el gasto ni tocar la recaudación, voy a tener que emitir deuda o emitir dinero. Entonces,o una cosa o la otra.
Esto es una especie de cubo mágico y las medidas económicas que están siendo anunciadas en el marco de las elecciones atentan contra la posibilidad de rearmar este cubo mágico.
Ahí es donde notamos algunas inconsistencias. El concepto de que hay que subir el salario real, lo compartimos todos. Ahora, subir el salario real es aumentar de nuevo el nivel de gastos de la economía y automáticamente eso vuelve a deteriorar equilibrio fiscal y el equilibrio externo.
La situación es muy compleja. Es la famosa sábana corta.
Desde el punto de vista de los pilares y las reglas, estamos todos de acuerdo. Nosotros vemos una política económica bajo el gobierno de Mauricio Macri que está trabajando para corregir los desequilibrios y afianzar estas reglas.
–Sí, pero obviamente no ha tenido éxito, ¿no?
–Ha tenido muy poco éxito, claramente. Sobre todo en materia de inflación. Allí no hay ningún éxito.
En cuanto al déficit fiscal, en estos últimos dos años, después que pierde el financiamiento, se empezó a trabajar más fuertemente. No obstante, queda un largo trecho por recorrer.
Respecto al desequilibrio externo,tenemos el salto cambiario que estamos evidenciando en términos reales desde el año pasado. Hoy ya tenemos un tipo de cambio competitivo, pero todavía nos queda un último tramo por recorrer sobre el déficit externo.
Entonces, en algunos frentes se avanzó, en otros menos y en otros nada. Así que esta economía opera aún con desequilibrios. Y ahí será clave ver por dónde intenta la reactivación económica un nuevo gobierno, a partir de diciembre.
–Alberto Fernández ha dicho que lo haría estimulando el consumo.
–El tema es que esta economía tiene una estanflación, esto es un estancamiento con inflación de oferta desde el 2011. Esta economía no crece porque la caja productiva, el PBI, no puede expandirse.
Todo el empujón que vemos del lado de la demanda aumenta precios o aumenta el desequilibrio externo.
Esto quiere decir que si esta economía hace 10 manzanas y tenemos una insuficiencia de demanda, se comen 8 por ejemplo, estimulamos esa demanda y la llevamos hasta 10.Ahora, si se están comiendo 11 manzanas,se producen 10 y yo sigo incentivando el consumo, lo único que voy a lograr es o mayor aceleración en el nivel de los precios, que en parte le pasó a Mauricio Macri en 2017, o voy a generar que esas dos manzanas que me están faltando me deterioren la balanza comercial. Porque voya ir a conseguirlas afuera, vía importaciones. Algo que también le ocurrió a Macri en 2017.
–Un argumento que suele contraponerse a ese planteo es que hay una capacidad ociosa instalada muy alta, por lo menos en la industria, y que podría activarse sin necesidad de nuevas o importantes inversiones.
–Sí, puntualmente en este momento, producto de la recesión, la capacidad instalada empieza a ganar ociosidad. A lo largo de toda esta crisis el desempleo subió de 8 a 10 por ciento, el año pasado y este año, y la capacidad ociosa en la industria quedó muy alta.
Pero la economía es mucho más amplia. La industria representa más o menos el 20 por ciento de esta economía.Y si bien es cierto que desde el lado de la caja productiva hoy se empieza a tener factores (de producción) disponibles, yo creo que no se van a poder aprovechar sin el marco de un programa económico a partir del próximo gobierno. Porque hoy, en un proceso electoral con tanta incertidumbre, cualquier estímulo a la demanda probablemente vaya a aumentar la tasa de ahorro, la dolarización y ponga en jaque la recuperación.
A partir del próximo gobierno, trabajando sobre un programa económico integral y consistente del lado de la oferta, ahí se puede estimular algo la demanda para la primera fase de recuperación.
–Explicá por favor qué sería trabajar por el lado de la oferta.
–Sería ver de qué manera esta economía produce más. Hay que aumentar el empleo, o sea la productividad de los factores de la producción.
Si nosotros queremos que esta economía produzca 14 manzanas, tenemos que ver cómo hacemos para que de 10 vaya a 14. Y para eso hay que trabajar un montón de elementos que de alguna manera son los que se fundieron hace ya casi una década.
Eso es lo que impide que esta economía se expanda. Cada vez que se intentó hacerlo en los años impares (2013, 2015, 2017) lo único que se logró es que creciera un poco el PBI, pero todo lo demás creció vía importaciones, porque no hay más capacidad productiva.
Para desarrollar la oferta hay que trabajar muchísimo la inversión, no el consumo, porque lo único que permite aumentar la capacidad productiva es la inversión. Esto es, hay que poner más maquinaria, más tecnología.
Tenemos que alcanzar la capacidad de que esta economía en vez de 10 manzanas haga 12, el día de mañana 14, etcétera. Y recién ahí, estimular el consumo para que vaya acompañando el crecimiento de la economía. Este es un juego doble que hace la macroeconomía.
La situación es totalmente distinta a lo que había en 2002/2003. Entonces había una insuficiencia muy grande del lado de la demanda.Desde el lado de los factores productivos, el desempleo en el 2002 llegó al 25 por ciento. Recordemos que en los años cinco previos fue ascendiendo sistemáticamente de 15 a 25 por ciento, con una capacidad ociosa superior al 50 por ciento.
En la crisis actual el desempleo sube de 7 a 10 por ciento. Entonces se empieza a tener algo de capacidad ociosa del lado de la oferta, pero nada que ver con lo que sucede en las grandes crisis.
Entonces, se puede hacer una pequeña estimulación de la demanda. Pero si no se destraba al sector productivo, que es el que puede aumentar la oferta, automáticamente eso va a derramar en mayor inflación, mayor desequilibrio externo, mayor déficit fiscal.
–¿En ese razonamiento se requieren reformas más de fondo que alienten la productividad y también la competitividad externa de la economía?
–Totalmente. O sea, se necesita un tipo de cambio real competitivo. También, reformas en el mercado laboral para adecuarlo al nuevo siglo, a los cambios a nivel global. Se necesita integración al mundo. Hoy las economías son cada vez más competitivas en el marco de una globalización que no da tregua. Tiene que haber una integración inteligente al mundo, sin ninguna duda.
Y después hay fomentar sí o sí la inversión. La inversión real, en fierros. Y para invertir en fierros hay que estimular el ahorro.
Acá es donde chocan los incentivos electorales, porque la política gana votos con consumo, poniéndole plata en el bolsillo a la gente, pero la macroeconomía de largo plazo, que es la que verdaderamente desarrolla y le da prosperidad a un país, necesita estimular el ahorro. Porque el ahorro es el que financia la inversión y nos permite ampliar la caja productiva para que, en lugar de 10 manzanas, produzcamos 12, 14, 16. Eso es lo que pasa en cualquier país del mundo.
En la Argentina los motores del crecimiento económico, esto es ahorro, inversión, competitividad, transparencia, instituciones, están todos dañados. Así no se puede crecer. Y Macri ni siquiera pudo tampoco ponerse a resolver esos problemas, porque la coyuntura, los desequilibrios del corto plazo, copan la agenda.
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