Descargo en las redes
22/02/2021 | 11:32 | La hija de Araceli González había ido a hacer las compras con su perro a una verdulería y terminó discutiendo con otro cliente en la fila.
La actriz venía de una semana muy difícil tras atravesar el doloroso duelo por la muerte de su perro "Kung Fu", que estaba enfermo de cáncer, a lo que se sumó el nuevo episodio que la llenó de ira.
El hecho sucedió en una verdulería mientras Flor hacía las compras con su otro perro, Norberto, en brazos.
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“Voy a la verdulería, con Norberto, a upa, porque no lo podemos dejar solito porque está triste y caiducho porque se murió su compañero. Y mi novio se va a otro lado a comprar cosas. Mientras yo estaba con Norberto, con el celular chequeando lo que tenía que comprar y embolsando las verduras, pasa un señor de 50 años y me dice: '¿Tenés que traer el perro a la verdulería?'”, contó.
“Tengo que aprender a calmarme y a ser un poco más paciente con las personas grandes, pero no digo adultos mayores. Digo personas grandes de 40, 50 años”, continuó.
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“Finalmente, cuando estoy pesando la verdura, el chico que me la pesaba me pregunta: ¿Y el perrito? Y le digo que se lo dejé a mi novio porque no podía con todas las cosas juntas. Y salta este señor atrás y dice: 'Ah, típico de minas, se compran un perro, lo traen a comprar y después se lo encajan al marido'”, recordó Torrente sin disimular su indignación.
Finalmente, la hija de Araceli González relató que decidió enfrentar al sujeto. “Lo dice una vez, no le contesto. Lo dice otra, no le contesto. Lo dice tres veces y le digo: ¿Sabes qué? Yo no te tengo por qué explicar las cosas. Porque si le tengo que explicar le tengo que decir porque se me antoja, porque el perrito está triste porque se le murió el hermano. Ocúpese de su vida, señor”, agregó.
“El tema es que después me dijeron: 'Ay, qué carácter'. No claro, yo tolero todas las pelotudeces que me tenés que decir y después la del carácter soy yo. Y le dije no, carácter no. Temperamento. Y siempre voy a decir lo que pienso y con respeto, mientras haya respeto del otro lado”, reflexionó y cerró con un consejo: “Por eso, moraleja: basta de tolerar. Sí trabajemos mucho nuestra respuesta. Yo estoy en ese proceso porque aprender y mejorar, siempre. Volveré más calma en un rato”, finalizó.
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