Santiago del Moro se puso el delantal y sorprendió a todos

En una noche donde las sorpresas no faltaron, Cande Vetrano, Alex Caniggia, Claudia Fontan, Gastón Dalmau y Hernán Loco Montenegro se encontraron con un nuevo participante que mediría sus habilidades con ellos esa noche.

Apenas entraron al estudio, notaron que había seis estaciones, a pesar de ser ellos cinco participantes. 

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La incertidumbre era palpable cuando Santiago del Moro pidió permiso para ir al mercado a buscar al cocinero que faltaba. Sin embargo, nadie esperó lo que ocurriría después: El sexto integrante era ni más ni menos que el propio conductor.

“Ya era hora que viviera la experiencia de estar del otro lado”, señaló el ex Intratables.

Fue entonces que entró en juego la medalla de plata de Cande Vetrano: quedó eximida de preparar una de las dos guarniciones que le tocaron a sus compañeros.

Esta guarnición, iba a quedar en manos de Del Moro, quien quedó como ocasional compañero de Vetrano.

“Qué responsabilidad... espero estar a la altura de estas hornallas”, comentó el conductor.

Los jurados Germán Martitegui, Donato de Santis y Damián Betular observaron con atención la estación del conductor y le alagaron cómo le quedaba el delantal.

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No obstante, quedaron estupefactos al escuchar lo que pensaba hacer: “Un degradé de tomates. Voy a pintar abajo con una vinagreta de chocolate”.

Intentaron sin éxito hacerlo cambiar de idea, aunque resaltaron el léxico culinario del periodista. 

“Suerte, que la vas a necesitar”; dijeron los tres chefs al unísono, parodiando una de las muletillas del conductor.

Del Moro presentó con entusiasmo su guarnición, que consistió en carpacho de tomates reliquia con salsa de granada, burrata con jamón crudo y vinagreta de chocolate. 

“Qué raro verlos de frente, siempre los tengo de costado”, se sorprendió del Moro, antes de contar la elaboración de su plato, ante un jurado que no le dejaba pasar ninguno de sus términos gastronómicos sin gesticular con un dejo de ironía.

Vetrano no pudo evitar preguntarle antes cómo lograba estar tan tranquilo, a lo que el conductor respondió con un antiguo consejo del jurado: “El jurado una vez dijo ‘visualicen el plato’. Cuando uno ya sabe lo que va a hacer, tiene que pensar en la foto”, respondió con convicción.

Su intuición fue correcta, puesto que los  chefs celebraron el riesgo asumido y los sabores logrados, y más allá de algunas críticas en la elección de la vajilla.

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“Espero haber estado a la altura, porque este plato en definitiva es de ustedes. Hace un año que los escucho todos los días”, dijo.

Finalmente, Candela obtuvo el pase al miércoles de beneficio, lo que significó una alegría, y también cierto alivio para el conductor, que terminó festejando recostado en el suelo la satisfacción del deber cumplido y libre de culpa.