Superliga
02/03/2020 | 23:59 | Se impuso 1-0 en el estadio Tomás Ducó. Norberto Briasco anotó el gol. "El Globo" no ganaba desde hace 11 fechas. "El Rojo" no tuvo respuestas anímicas ni estratégicas.
Después de once cotejos sin conocer la victoria en el certamen y con la vuelta de Andrés Chávez tras el entredicho con el entrenador Israel Damonte, Huracán se impuso a un desmotivado Independiente por 1 a 0, al cabo de un aceptable encuentro disputado este lunes a la noche en el Palacio "Tomás Adolfo Ducó", en el marco del partido que cerró la vigésima segunda jornada de la Superliga.
Norberto Briasco, a los ocho minutos del complemento, le dio la victoria al conjunto de Parque de los Patricios.
Tras una primera mitad sin mayor relieve, el complemento permitió advertir una notoria mejoría del "Globo", que lo hizo merecedor del triunfo ante un "Rojo" sin respuestas anímicas ni estratégicas.
Las necesidades de ambos por enderezar sus respectivas actualidades parecieron no influir en el trámite del primer tiempo.
Carentes de vuelo futbolístico, sendas propuestas naufragaron en medio de imprecisiones varias y falta de profundidad. Tanto Pellegrino como Campaña resultaron espectadores privilegiados de una etapa inicial que será olvidada más temprano que tarde.
Como por arte de magia, el inicio del segundo período mostró un notable cambio de actitud en el dueño de casa que lo hizo dominar el desarrollo de manera total, ante un "Diablo" absorto, que no resultaba capaz de dar dos pases seguidos.
Como consecuencia de su marcada superación, el "Globito" llegó a la conquista que, a la postre, le dio los tres puntos tras una preciosa asistencia de Ramírez a Briasco, quien definió por derecha al primer palo de un sorprendido Campaña, quien erróneamente dejó un espacio que le resultó fatal, aunque justo es consignar que luego el guardavallas uruguayo se redimió con un par de atajadas consagratarias, síntoma inequívoco de la endeblez defensiva visitante.
Tras ese merecido premio logrado por el anfitrión, el conjunto de Avellaneda intentó recomponerse, pero no tuvo ni volumen de juego ni capacidad organizativa para destrabar un férreo y monolítico dispositivo defensivo "Quemero", que se mostró mucho más sólido que en los últimos cotejos.
El contrariado Pusineri procuró añadirle agresividad a su desangelada propuesta con un mero cambio de nombres ante un Huracán que seguía dominando psicológicamente el trámite al advertir la pobreza franciscana del cuadro de Avellaneda a la hora de generar peligro.
Los últimos minutos mostraron a un dueño de casa demasiado abroquelado en su zaga para defender la ventaja conseguida, táctica precautoria que no le arrojó demasiados problemas ante la absoluta impericia de su oponente al momento de intentar nivelar el score.
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