Advierten que los precios de la carne no seguirán a la inflación

En diálogo con El Campo Hoy, Carlos Kohn, explicó que el negocio de la carne vacuna argentina implica dos variables fundamentales: la primera es la escala, es decir, la cantidad de carne que se vende por un determinado período, y la otra es el margen bruto, la contribución marginal por cada kilo de carne producida o vendida.

"A partir de los cambios impulsados por el nuevo gobierno, con la caída del poder adquisitivo, en particular en los dos últimos meses, y con la suba de la hacienda (que impactó en el precio de la carne), los volúmenes vendidos en las carnicerías de barrio (donde se comercializa le 80 % del comercio minorista), bajaron estrepitosamente sus ventas". 

De hecho, enero fue de los perores meses en muchos años, con lo cual, la primera variable (La escala) empieza a tener menos peso, y empieza a gravitar más el tema de la eficiencia. 

Es decir, el margen bruto que le gana la cadena minorista (en este caso las carnicerías) por cada kilo de carne vendido.

"Esto hace que el negocio empiece a cambiar de paradigma, y esto involucra a toda la cadena, porque los feedlots, que son los principales oferentes del mercado interno, tienen que empezar a pensar en menor escala (menor cantidad de cabezas en los corrales), y más kilos producidos por unidad". 

Estrategias

Para eso, Kohn explicó que existen un montón de estrategias productivas, "pero estar atentos a la estrategia comercial, porque no pueden esperar de parte del consumo (muy deprimido, con ingresos de 200 a 300 dólares mensuales), no podemos esperar una mayor demanda".

Los precios no van a acompañar la inflación, y la suba de precios será muy lenta, y no será como se esperaba en marzo (fruto de la escasez), ya que hoy hay hacienda en los corrales. 

"Hay que pensar en un nuevo paradigma, donde el margen tendrá más peso en relación a la escala, la variable anterior", insistió.