La dolorosa última foto del tambo en Colonia Prosperidad, con las vacas yéndose.
En San Francisco Expone, Cristina expuso los chalecos para terneros
Cristina y su hijo Matías, Ing. Agrónomo.

Crisis de la lechería

Del drama de cerrar su tambo a la esperanza de resurgir con un negocio original

19/10/2023 | 10:38

Cristina Coggiola desmanteló su unidad productiva en Col. Prosperidad, pero su amor por las vacas y la tradición familiar, la impulsaron a un nuevo “desafío”: confecciona chalecos para terneritos.

Redacción Cadena 3

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Cristina Coggiola cerró su tambo en julio y ahora emprende desde otro lugar

El caso de Cristina Coggiola, una entusiasta mujer rural que administra un campo familiar en Colonia Prosperidad, es bien conocido. Lamentablemente, ella y su hijo Matías (Ing. Agrónomo) debieron cerrar el tambo después de 70 años de continuidad a causa de la implacable crisis de rentabilidad, la cual no pudieron vencer a fines de julio de este año.

Su historia en las redes sociales se viralizó rápidamente cuando escribió una carta en donde le pedía perdón a su padre, con mucho dolor por discontinuar la tradición familiar de producir leche en su campo de Santamaría, cerca del pueblo Colonia Prosperidad (a pocos kilómetros de San Francisco).

El día que dije ‘basta’ fue en julio, cuando el Gobierno puso el ‘dólar maíz’, porque se nos hizo insostenible, ya que tus insumos valen en dólares y a vos te pagan en pesos

Lo intentó todo hasta último momento

Aún hoy cuando Cristina narra aquella decisión, se advierte lo duro que debió haber sido: “La verdad que fueron años muy complicados, nosotros invertimos un montón en el tambo este último tiempo, habíamos comprado ventiladores, aspersores (para la sala de ordeñe); cambiamos la genética, empezamos a inseminar, para tener una mejor producción de leche”, pero no alcanzó. “Pero como le pasa a cualquier productor lechero, venimos de dos años y medio de sequía y la leche no vale nada, al no tener un buen maíz para darles de consumir a las vacas, debimos salir a comprar”, explicó Cristina. “El día que dije ‘basta’ fue en julio, cuando el Gobierno puso el ‘dólar maíz’, a nosotros se nos hizo insostenible, porque tus insumos valen en dólares y a vos te pagan todo en pesos; empezaba agosto y debíamos volver a sembrar los maíces, los sorgos, entonces dije no, no me puedo volver a enterrar de nuevo con créditos”, rememoró la pequeña productora que en ese momento estaba produciendo a duras penas, 2.200 litros diarios.

Como le pasa a cualquier productor lechero, venimos de dos años y medio de sequía y la leche no vale nada

Fue muy triste para ella ponerle fin a una historia de 70 años que habían comenzado sus abuelos, continuado sus padres y ahora ella con una cuarta generación que ya asomaba en el horizonte junto a su hijo. “Mi abuela había empezado el tambo con cuatro vacas ordeñando a mano y a la intemperie, mientras mi abuelo salía a sembrar con el caballo de tiro. Sí, fue muy duro para mí tomar esa decisión”, reconoce Cristina. 

“Fue duro decirle a mi papá lo que iba a hacer, pedirle disculpas porque le cerraba el tambo, pero él lo entendió y me dijo, ‘no podés seguir endeudándote a riesgo de perder el campo’, lo cual era cierto, no sólo corría peligro el tambo”.

Resurgir, ligada al campo

Cristina Coggiola venía implementando por sugerencia de su Veterinario, un sistema para proteger a los terneritos en la guachera, con unos chalecos impermeables que los protegían de las heladas y los temporales, evitando la mortandad y solucionando una problemática muy común en los tambos chicos.

Así es que, luego de tomar la dura decisión, alquilaron los campos, vendieron los equipos del tambo y con las maquinarias que les quedaron brindan servicios a otros tambos, pero su actividad más promisoria es la confección y comercialización de los chalecos para terneros. “Son unas capitas que se le ponen arriba a los terneros con un elástico entre medio de las patas, que por debajo es polar y por arriba impermeable, lo cual los protege del frío y la lluvia en esos primeros meses donde son tan vulnerables, evitando las neumonías y la mortandad en la guachera”.

El emprendimiento se denomina (como no podía ser de otra manera) “El Desafío SRL” y así la pueden encontrar en las redes sociales. Recientemente, Cristina fue a mostrar su producto a la San Francisco Expone, la rural de su zona, donde tuvo un excelente recibimiento por parte de los directivos que conocían su situación y le regalaron el espacio para que pueda exhibir los chalecos.

En diálogo con El Campo Hoy, Cristina Coggiola reflexionó en profundidad sobre su decisión y lamentó mucho que la lechería argentina esté transitando por este triste derrotero. “Lo que me pasó a mí, le va a pasar lamentablemente a muchos productores si esto no cambia”, admitió la tambera de Colonia Prosperidad.

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