Secretos de la construcción
10/05/2021 | 11:28 | Grupo Edisur te invita a conocer la historia de este templo, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 2000.
Ubicada en la “Manzana de las luces” cordobesa, la Iglesia de la Compañía de Jesús fue construida entre los años 1640 y 1676. En el proyecto participaron europeos, pueblos originarios y africanos cautivos, que levantaron la planta del templo en forma de cruz latina, compuesta por una nave principal y el crucero, en cuya intersección se erige una imponente cúpula.
Grupo Edisur te invita a conocer más sobre este tesoro situado en la intersección de calles Obispo Trejo y Caseros de barrio Centro de la capital provincial, y que fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 2000.
Estilos que se entremezclan con el paso del tiempo
El plano original presentaba dos capillas laterales: hacia el sur la de Españoles (actual Salón de Grados de la Universidad Nacional de Córdoba) y hacia el norte la de Naturales, para los pueblos originarios y africanos.
En el interior del templo, conviven el estilo artístico barroco latinoamericano, correspondiente al período colonial e interrumpido por la expulsión de los jesuitas en 1767; y el neoclásico, característico de mediados del siglo XIX, cuando la Compañía retornó a Córdoba. La capilla es actualmente administrada por la Orden y se la conoce también como “Iglesia de San Ignacio”.
Los secretos de la fachada
La fachada del edificio destaca por ciertas particularidades que la hacen única en la ciudad. Es de estilo romántico recubierto de piedra recortada, obtenida de la ladera de las sierras. Tras el atrio de ingreso, se pueden observar tres puertas: la principal, que da ingreso a la nave central; la de la izquierda, que se cree era la antigua entrada a la Universidad; y la de la derecha, que permitía el acceso a la capilla de Naturales.
Además, se observan dos torres campanario y cinco ventanas para iluminación natural. Los muros sin cobertura permiten ver un conjunto de huecos dispuestos sobre el frente de la iglesia, cuya función es aún hoy motivo de debate entre expertos, algunos de los cuales insisten en que la construcción está inconclusa.
La imponente bóveda
Diseñada por Philippe Lemaire SJ, la bóveda está enteramente conformada en madera, a través de una serie de arcos de medio punto armados con el sistema de encastre. Los espacios libres existentes entre los arcos fueron cubiertos transversalmente con tablas, que se observan ornamentadas por dibujos con formas de vegetales.
En la base, debajo de la cornisa, se encuentra una serie de retratos de mártires jesuitas intercalados con las empresas sacras. Éstas son tallas cuadradas de madera pintadas y doradas que representan virtudes teologales y salmos.
Otras joyas arquitectónicas
El púlpito, que es la plataforma elevada y cerrada desde la que se da el sermón durante el servicio religioso, se erige contra el pilar izquierdo de la nave y fue ejecutado en madera dorada a la hoja. Se destaca su domo en forma de corona episcopal por fuera y de concha marina por dentro, que servía para mejorar la acústica.
El altar mayor del templo fue construido por el jesuita italiano Giuseppe Brassanelli, durante las misiones guaraníes. Consiste en tres calles y tres niveles, y cuenta con un diseño claramente arquitectónico. En las dos secciones laterales del primer nivel se distinguen dos de los fundadores de la Compañía de Jesús: San Ignacio de Loyola (izquierda) y San Francisco Xavier (derecha). Esta pieza se realizó completamente en madera y fue transportada desde las misiones del noreste argentino en partes separadas.
Lo que queda de la Capilla de Naturales
La actual Capilla de Lourdes era la que originalmente se utilizaba para el servicio religioso de los pueblos originarios y africanos, por lo que llevaba el nombre “de Naturales”. Su presentación era distinta en aquellos años y distaba mucho de las importantes decoraciones que podemos observar hoy.
La actual ornamentación responde a las intervenciones desarrolladas por el padre Cayetano Carlucci a partir de 1877, tras la vuelta de la Compañía de Jesús a Córdoba. El templo está revestido en mármol y en su bóveda presenta una representación de la aparición de la Virgen de Lourdes.
En diciembre de 2000, la Manzana Jesuítica integrada por la Iglesia de la Compañía de Jesús, la Capilla Doméstica, el Colegio Nacional de Monserrat y la Casa de Trejo (Rectorado de la UNC); junto a las Estancias Jesuíticas de Córdoba, fueron incorporadas como sitio cultural en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO. En conclusión, un paseo obligado para los turistas que llegan a la ciudad y para aquellos que pasan todos los días por el frente del templo y nunca se detuvieron a observar semejante tesoro arquitectónico.
Fuente: la información para esta nota fue extraída del producto comunicacional denominado “Audioguía”, realizado por el Museo Histórico UNC y disponible en la web del organismo.
#DatoEdisur: Conocé la Estancia Jesuítica La Candelaria, un tesoro histórico y arquitectónico cordobés.
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María Agustina Ibañez, egresada de Siglo 21 y Joven Sobresaliente Cordobesa 2020, cuenta su experiencia en el mundo de las nuevas tecnologías.