¿Buena o mala idea?
02/04/2021 | 06:13 | Grupo Edisur te cuenta las ventajas de este tipo de estructuras, para que elijas la opción que más se amolde a tus necesidades.
La habitación de los niños suele no ser la más ordenada de la casa. Por eso, los armarios, cajoneras y percheros son grandes aliados que, además de servir para almacenar gran variedad de objetos, ayudan a garantizar un mínimo de orden.
En términos de decoración, la gran incógnita es: ¿muebles con o sin puertas? Grupo Edisur te ayuda a descifrarla en esta nota.
Dimensión funcional
Algunos factores que influyen en esta decisión son el espacio disponible, las necesidades, la edad o la personalidad de los pequeños. No es ningún secreto que, como parte del mobiliario, los armarios constituyen un elemento más para sumar encanto a la decoración y, si son abiertos, pueden imprimir un toque único.
Al margen de su carácter estético, los vestidores abiertos tienen una dimensión funcional interesante: garantizan la facilidad de tener todo a mano.
En este sentido, es una buena opción para agilizar la tarea de vestir a los niños. A simple vista, podemos tener localizado todo lo necesario e incluso es una buena manera de motivar la autonomía de los pequeños, para que aprendan a vestirse y a guardar la ropa, por sus propios medios.
La importancia del orden
El orden es un factor clave a la hora de decidir si es buena o mala idea optar por un vestidor abierto en la habitación infantil. Dado que su diseño impide que las puertas escondan lo que hay en su interior, es fundamental que cada cosa esté en su lugar.
Si los chicos todavía no incorporaron este hábito, tal vez haya que valorar otras opciones.
Autonomía e independencia
Pero si de potenciar la autonomía e independencia de los más pequeños se trata, no hay duda: un armario accesible es una elección más que acertada.
Se trata de convertir el vestidor en algo suyo. Por eso, es imprescindible adaptarlo a su altura y dotarlo de espacios que permitan identificar con claridad el lugar que ocupan sus pertenencias. Sumarle una decoración infantil será el broche de oro perfecto.
Versatilidad
Hay opciones para todos los gustos, necesidades y personalidades. De hecho, en esa versatilidad propia de su diseño reside una de las principales ventajas de los vestidores abiertos.
Estanterías, bloques o un mueble restaurado pueden ser todo lo que se necesita para incorporar este tipo de soluciones. En todo caso, se puede optar por un diseño a medio camino, con todo a la vista pero con la posibilidad de esconderlo sutilmente tras unas puertas plegables.
Optimización del espacio
El espacio puede ser otro factor determinante a la hora de elegir una u otra solución de almacenamiento. Los armarios tradicionales requieren de una reserva para abrir las puertas o, sencillamente, instalar el ropero en cuestión.
Sin embargo, los vestidores abiertos son ideales para ambientes pequeños. Se puede aprovechar cualquier rincón de la habitación para diseñarlo a placer. Basta con colocar una barra, unos colgadores, unos estantes y unos cestos y ¡voilà!
La elección, en todo caso, no resulta sencilla porque los vestidores tradicionales también tienen sus ventajas. Las puertas son garantes de la intimidad, minimizan la necesidad de orden y evitan la intromisión del polvo. Ambas opciones tienen beneficios e inconvenientes, por lo que decidir se convierte en una cuestión de lo más personal.
#DatoEdisur: Neuroarquitectura y la importancia del diseño de los espacios destinados a los niños.
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